lunes, 30 de noviembre de 2009

Buzos de arquero (I)

Luego de un 11/9/1988 que quedará en la memoria, y posterior a una derrota increíble contra Deportivo Armenio de local, daba fin la extensa carrera de Hugo Gatti en Boca. Este gran arquero fue pionero en muchos aspectos, pero sobre todo fue el primero en dejar de lado ciertos conceptos sobre los arqueros (I, II y III) y experimentar con buzos extraños, de los cuales veremos su evolución como indumentaria de los porteros que ha sabido tener Boca estas últimas dos décadas.
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La 1º generación: buzos lisos y sobrios
El primer golpe de vista que presentaría el retiro de Gatti es que en el club de la ribera se terminaría la sucesión de buzos bizarros para un puesto tan sobrio como el del arquero. Así aparecían buzos de un solo color, sin mayores detalles y bastante simples, mostrando ejemplos con los fines de Genaro y los inicios de CFNM y Pogany.

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Volvemos a los buzos multicolores...
A pesar de lo que expresamos en los párrafos anteriores, los buzos multicolores volvieron a aparecer rápidamente en Boca, junto a uno de los mayores exponentes de estos tipos de buzos: Carlos Navarro Montoya.

Esta moda durante los 90 se fue expandiendo cada vez más, y siendo cada día mas despilfarrantes las combinaciones de colores, pantalones y medias que proveía la marca Olan y Topper durante esa época a Boca. Y como nadie se quería quedar atrás, los eternos suplentes del mono como Yorno y Herrera seguirían con esta extraña tradiciones de buzos.

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Los arqueros y las remeras suplentes
Con la llegada del Cartonero como presidente de Boca, antes de la llegada del Virrey como técnico, y ya sin Mono en el plantel, empezaron a desfilar arqueros como Guzmán, Cordoba o el Pato Abbondanzieri.
Los primeros buzos que se utilizaron durante estas épocas fueron la remera suplente de Boca (y hasta en algunos casos la titular si Boca utilizaba la suplente) o remeras con simple franjas cerca de la altura del hombro. Por suerte estos buzos no tuvieron gran alcance y desaparecieron rápidamente.

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Oscar y sus buzos negros
Cuando la mejor época de Boca en cuanto a títulos empezaba, el que fue durante mucho tiempo arquero titular, Oscar Córdoba, decidió el uso de buzos discretos, con el negro como color principal.
A veces siendo totalmente de color, o a veces sumándole franjas a un nivel superior de distintos colores, como olvidar los penales atajados con su buzo negro con destellos de amarillo y gris.

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De vuelta a los orígenes…
Con la ida de Córdoba a jugar al futbol italiano, el Pato tenia la posibilidad siempre esperada de ser titular en el arco xeneize.
Aunque arranco utilizando algunos buzos normales, al poco tiempo tanto él como los arqueros suplentes (Muñoz o Caballero) empezaron a utilizar buzos de varios colores no normales para la media de arqueros, como verdes o azules. Otro experimento que no duro demasiado tiempo.

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Del gis al negro, del negro al gris
Cuando en el 2003 el equipo tenía que jugar por cosas serias, ganar la Libertadores, jugar contra el Milan en Japón mientras nuestros hijos jugaban en Rafaela, o ver explotar momentáneamente a Iarley, era la hora de la vuelta de los buzos sutiles. No podíamos ir a Tokio con esos buzos.
Entre el 2003 y el ciclo de La Volpe en Boca se intercalaron varios buzos parecidos, a veces grises, con detalles amarillos, o detalles negros, siendo utilizado por arquerazos o por Aldo Bobadilla.

A veces negros, no tan utilizado como los anteriores, pero recordado por ser utilizado durante el Xentenario y otras tantas gestas gloriosas que han ocurrido en los últimos años.

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La última generación: los cambios de Nike
Desde la llegada de Caranta en el verano del 2007 al club de la Ribera, han pasado tres arqueros aparte del ya mencionado (Migliore, Garcia y Abbondanzieri) , pero en este período también han pasado mayor cantidad de modelos de buzo que de arqueros.

Aparte de la variedad de modelos que ha tenido últimamente, Nike también ha demostrado un sin fin de colores, a veces ridículos, a veces mas estándares, aunque nunca fueron muy utilizados los modelos alternativos al negro que se ha impuesto últimamente en el arco Xeneize,
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¿Que nos deparará el futuro? ¿Que buzos vendrán? ¿Volverán los viejos buzos “carnaval”?

Esas respuestas nunca la sabremos, como tampoco podemos entender que es lo que piensan arqueros como Roma cuando ven estos variados buzos y guantes en los arqueros boquenses mientras el atajaba a mano limpia y una polera de un solo color.
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Autor invitado Lucas Merolla

viernes, 27 de noviembre de 2009

La mitad más dos (XII)


Overa Sierra, José Fernando. Más conocido (?) como Fher Olvera. Cantante (?) de Maná.

Aldo “Doctor” Paredes


Cuando un pibe del semillero trata de asomar la cabeza y se ve taponado por la contratación de un refuerzo estrella, seguramente debe sentir toda la bronca del mundo por no poder mostrar sus condiciones. Imaginemos entonces qué habrá sentido Aldo Gustavo Paredes cuando tras jugar su primer partido oficial, el Flaco Menotti pidió expresamente la llegada de Nelson Vivas a Boca. Pero vayamos por partes.
El trajinar de Aldo, marcador de punta derecho que recorrió el camino de las inferiores, se vio sacudido el 12 de octubre de 1992 cuando fue incluido por el Maestro Tabárez para un amistoso frente al Sevilla en el Chateu Carreras. El partido, horas después del triunfo clave sobre River por el Apertura, terminó en derrota 1-3 pero debe haber catapultado las ilusiones de nuestro homenajeado.
Sin embargo, deberían transcurrir casi dos años más para su debut oficial. Fue el 21 de agosto de 1994 por la fecha 18 del Clausura. Esa tarde nublada frente a Racing en Avellaneda no llamaría tanto la atención por ver a Paredes jugar de dos sino como por ver ganar un clásico de visitante al Boca de Menotti.
De cara al Apertura que se venía, es imposible no volver a lo dicho al principio. El arribo de un infladísimo Vivas fue manijeado a lo loco como la llegada de un crack. Y ya pasados quince años, tal vez no exageremos mucho si decimos que Paredes no tenía mucho que envidiarle al cuatro proveniente de Quilmes. Marca, sacrificio, actitud, pierna fuerte. Tal vez de mitad de cancha para adelante se le oscurecía bastante el panorama al Doctor, pero la realidad nos prueba que Vivas no fue Cafú ni nada que se le parezca. Eran años de mucha compra y venta de jugadores con intenciones no siempre sanas y fantaseando un poco, es muy probable que en un proyecto serio que incluyera juveniles (ciclo Bianchi sin ir más lejos) Paredes no hubiera desentonado para nada.
En ese Apertura jugó apenas tres partidos, así que no podemos echarle la culpa de lo pésimo que defendía ese equipo. En 1995 y ya con Marzolini en el banco, tampoco pudo voltear el “mito” Vivas y apenas cantó presente en dos encuentros. Victorias 1-0 a Ferro en Caballito y 5-0 a Independiente en La Boca, noche épica de Walter Pico. Sin lugar y tal vez resignado, buscó su lugar en el fútbol en otros horizontes. En total dejó el registro de 6 partidos oficiales disputados y ningún gol convertido.
Y así fue como pudimos verlo transpirar otras camisetas. A saber: Ferro, San Lorenzo, Quilmes, Almagro (momento en que su vida corrió peligro al ser baleado) e Independiente Rivadavia de Mendoza.

miércoles, 25 de noviembre de 2009

El tango “Boca Juniors”


Como varias veces se ha dicho, el Mundo Boca da para todo y en este sentido la música no se ha quedado atrás, sino que ha encontrado un hueco para meterse definitivamente en la historia más rica del club.
Mucho tuvo y tiene que ver el tradicional barrio de La Boca en este intento de contar la rica tradición boquense a través de partituras musicales. Tradicional barrio arrabalero y bien futbolero sirvió como inspiración para grandes artistas y compositores de la música tradicional argentina por excelencia: el tango. Este popularísimo género nacional hizo homenaje al club, a sus jugadores y a hechos deportivos que lo convirtieron en el club más popular del país.

Es así como hoy queremos recordar el tango “Boca Juniors”, que en 2 minutos y medio refleja la estrecha relación del barrio con el club. Escrito en 1954 por el compositor Rodolfo Sciammarella y con música de él mismo, el disco de pasta editado por Odeón incluye en el lado B "Como le digo a la vieja" ambos interpretados por Miguel Calo y su Orquesta Típica. El de Boca incluye la actuación de Arrieta y la partitura es de Editorial Korn. En su contratapa de colores azul y oro se puede leer una frase del autor que dice: “Un grito de justicia a la hinchada más bravia con este tango que dedico de todo corazón”.
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Autor invitado Claudio Aiuto con colaboración de Coleccionista de Boca por las fotos suministradas (?)

martes, 24 de noviembre de 2009

Javier López Báez


Torito Genaro, Tarantini, Chicho Serna, Raúl Peralta, JJ López, Leche La Paglia, Pablo Trobbiani, Hoyos, Esteban Pollo Herrera y el Marcha Boldrini podrían formar tranquilamente un equipo que represente a jugadores que vistieron las camisetas de Talleres de Córdoba y de Boca. Como la cuenta da diez y nos falta uno, romperredes (?) como Puma Morete o el Mago Aldape tal vez deban comer banco a manos de Javier Edgardo López Báez.
Y ojo con el que intente una queja. Porque casi sin que nos diéramos cuenta y en el mayor de los perfiles bajos, el volante ofensivo nacido en Uruguay, formó parte del plantel dirigido por Marito Zanabria a comienzos de 1986. Jugó apenas 3 partidos que encima fueron amistosos y obliga a una pregunta. ¿Qué pasó con López Báez en su mini tour por Boca? Un misterio.
Debut el 20 de enero contra Racing en Mar del Plata por la Copa de Verano. Segunda chance en febrero contra Belgrano en Córdoba y tercer acto y despedida en abril frente a Jorge Wilsterman en el Hernando Siles de La Paz. Los tres partidos terminaron 1-1 y López Báez se movió (?) como pieza (?) ofensiva (?).
Dos años más tarde, mientras hacíamos fuerza para que el Boca de Pastoriza salga campeón, el uruguayo se mostró con la camiseta del Tallarín.

Camiseta suplente toda amarilla (final de Libertadores 1977)


Como Boca mantuvo su camiseta azul y oro en la primera final de la Libertadores 1977 contra el Cruzeiro en la Bombonera, en la revancha hubo que cambiar sí o sí.
La leyenda cuenta que Boca esa noche salió de amarillo y pese a aguantar bastante bien el partido, sufrió un misilazo de Nelinho desde casi mitad de cancha. Eso provocó que al Toto Lorenzo le subiera toda la tanada a la cabeza. El tema es que en la charla previa, Juan Carlos había advertido sobre cuidarse de hacer faltas innecesarias (teléfono para Boca 2009), ya que la pegada del brasileño era el arma favorita del Cruzeiro.
La bronca y su adicción (?) por las cábalas, hizo que esa camiseta amarilla pasara a mejor vida esa misma noche en el Mineirao. De hecho, en el tercer partido en Montevideo, donde Boca tuvo que volver a cambiar casaca, no se la vio ni por asomo.

domingo, 22 de noviembre de 2009

Droopy (VI)


Estadio ubicado en Irak.
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(Gracias a Lucas Merolla)

Festejos Imborrables (XIX)


Pocho Insúa tras un pase a la red frente al Rojo. Boca atropella de atrás y se pone a un paso del Apertura 2005.

sábado, 21 de noviembre de 2009

El disco “Xeneizes” de Quarashi


Cambiando violentamente el estilo que nos mostró The Glue y su disco Boca Juniors, podemos encontrar algo bastante llamativo de cuatro flacos nacidos en Islandia.
Oriundos de las heladas calles de Reikjavik, se juntaron a mediados de los noventa y formaron Quarashi. Averiguando largo y tendido, vemos que son exponentes del sonido Rap Rock Funk Ñu Metal (?). Para los que la definición nos pasó completamente por arriba, se nos hace más fácil cuando nos juran que son una especie (?) de Rage Against the Machine + Beastie Boys + Public Enemy. Tras dos discos que vieron la luz en 1995 y 1997, llegó en 1999 el turno de su tercer trabajo: “Xeneizes”. ¿Qué pasó en el medio para que una banda made in Islandia ponga semejante título a su disco?

Sölvi Blöndal, uno de sus integrantes, viajó a la Argentina en 1998 para dejarse influenciar por sonidos de la escena hip hop sudamericana. El tema es que un domingo fue llevado de las narices a clavarse un chori y meterse en la Bombonera para ver un partido de Boca. Parece que al pibe se le voló la cabeza cuando vio asomar a Diego Cagna por el túnel y empezó a buscar información sobre el club. A su vuelta a Reikjavik, hinchó las bolas a dos manos para llamar al próximo disco igual a como se llama a los hinchas de ese equipo de la Argentina con camiseta azul y amarilla que había visto en vivo y en directo.
El sacudón que debe haber sentido Sölvi Blöndal puede tener dos explicaciones. Primero, el normal ante semejante espectáculo. Y segundo, es probable que ante tantas bajas temperaturas sufridas en su país natal, semejante muestra de calor humano lo debe haber movilizado. Aunque si lo que querían era hacerle sentir el frío de sus pagos, tendrían que haberlo dejado arriba del 29 hasta Figueroa Alcorta y Udaondo.
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(Gracias a Sebastián Ferreira por la colaboración)

viernes, 20 de noviembre de 2009

Matías “Hiena” Arce


Está probado que la vida, caprichosa, puede regalarle sus quince minutos de fama no sólo a un Claudio Benetti. Le puede tocar a cualquiera, incluido obviamente Matías Sebastián Arce.
Enganche habilidoso de muy buen manejo que surgió de las inferiores en el año 2000 aprovechando la enorme cabida que tenían los juveniles en los ciclos de Carlos Bianchi como técnico.
Debutó oficialmente el domingo 21 de mayo cuando por el Clausura un mix de suplentes le ganó con mucha autoridad 2-0 a Central en La Boca. Esa tarde-noche quedó en el recuerdo no sólo por el debut del Araña sino por una enorme tensión en la Bombonera a escasas 72 horas del tremendo choque con River que se venía por la revancha de los cuartos de final de la Libertadores.
En ese segundo semestre tuvo algo de continuidad en las formaciones suplentes que encararon la Copa Mercosur. Incluso le hizo un gol a Corinthians en el Pacaembú en un empate 2-2.
Sin embargo, retomando el inicio, la vida le tenía guardado “su” momento. Fue el 17 de diciembre cuando le hizo el gol a Estudiantes en el arco de Casa Amarilla para que Boca gane 1-0 en la Bombonera y se corone campeón del Apertura. Si bien jugó sólo unos veinte minutos (ingresó en el entretiempo por el mellizo Gustavo y al rato Bianchi lo sacó para meter a Burdisso) la Hiena se iba con toda la gloria a cuestas.
Ya en 2001 jugó algunos ratos en el arranque del Clausura pero luego fue perdiendo lugar proporcionalmente con la dimensión de las lagunas que mostraba en cada partido que le tocaba entrar. Eso, más un Riquelme a pleno como titular y cierta blandura en su juego lo fueron haciendo a un costado. Para hablar mal y pronto, se lo notaba un poco verde para ser el enganche de Boca.
En total dejó la estadística de 16 partidos oficiales, 4 goles y una carrera que siguió de lo más variada: Belgrano de Córdoba, Gimnasia de La Plata, Argentinos Juniors, Godoy Cruz, Aragua FC de Venezuela, Platense, el Alajuelense de Costa Rica y el regional San Nicolo de Italia.

jueves, 19 de noviembre de 2009

El Boca - Cruzeiro de la Libertadores 2008


Albert Einstein dijo una vez que existen dos cosas infinitas: el universo y la estupidez humana. Y habrá que creerle nomás a Albert, ya que para comprobar lo primero seguro debe haber formas científicas de hacerlo. Y para comprobar lo segundo, sólo basta retrotraerse al 30 de abril de 2008 en la Bombonera.
Esa jornada, partido de ida contra el Cruzeiro por los octavos de final (¿hace cuánto que no arrancaba un partido de Copa con el sol pegando sobre la tercera bandeja visitante?), empezó a toda orquesta y terminó con más caras de preocupaciones que de festejos.
Porque tras un buen partido de Boca que merecía mucho más que un 2-1 a favor, a los 46 minutos y pico del segundo tiempo, voló un cubito de hielo desde los palcos y le pegó en la cabeza al línea uruguayo Pablo Fandinho. Ante el inevitable llamado al juez, Larrionda vio la sangre y suspendió inmediatamente el partido. En ese momento nadie entendía nada. La mayoría tomó los gestos del árbitro como la finalización del partido, pero cuando las radios empezaron a confirmar la insólita suspensión a menos de 30 segundos del final, llovieron las versiones.
En los días diguientes se llegó hablar hasta de quita de puntos, moción apoyada por dirigentes de Cruzeiro con la venia de algunos colegas argentinos. Pero finalmente la Conmebol falló a todo galope dejando el resultado inamovible, clausurando la Bombonera para partidos internacionales hasta que no se hagan las reformas para evitar hechos similares y aplicando una jugosa multa de 30.000 dólares.
Por los tiempos legales para las obras y más que nada para la inspección de los muchachos de Nicolás Leoz, ya era un hecho que si Boca pasaba de fase iba tener que jugar las series siguientes en otro estadio. Y así fue. Tras volver a ganarle 2-1 al Cruzeiro en el Mineirao, hubo que sufrir empates 2-2 con Atlas en Vélez por los cuartos y Fluminense en Racing por semifinales.
Y viendo lo accesible que estaba esa Copa, se hace muy difícil no darle la razón al visionario de Albert Einstein.

miércoles, 18 de noviembre de 2009

Los dos de Maradona a Instituto en el Nacional 81




La verdad que si los dos goles del Diego a River en el 81 parecieron mellizos, habría que ponerse un poco más rigurosos y decir que los que le metió a Instituto en el Nacional de ese año fueron directamente gemelos.
Y encima, con el agravante (?) de que los hizo en el mismo partido, en el mismo arco y con apenas cinco minutos de diferencia: a los 14 y a los 19 del primer tiempo. Munutti, arquero de la Gloria, agradecido.
Las dos joyas fueron un calco. Pelotazo largo, Diego encarando solo hacia el área y ante la tímida salida del uno cordobés, emboquillada precisa para inflar la red en el Chateau Carreras. El resultado final fue un contundente 4-1, que aunque ya escapa (?) a este post, incluyó un tercer gol de Maradona y otro del Chino Benítez.

martes, 17 de noviembre de 2009

Boca 2 - Checoslovaquia 3


El 10 de febrero de 1979 en el marco de una Copa de Verano en La Feliz, el Boca de Lorenzo se enfrentó a la complicada selección de Checoslovaquia. Vale aclarar que pese a ser un partido de pretemporada, el amistoso entre el xeneize, reciente bicampeón de América y campeón del Mundo, y los checos, campeones de Europa 1976, fue tomado muy en serio por todos los protagonistas. Tan en serio, que el partido levantó bastante polémica.
Boca salió con todo y puso a los checos contra las cuerdas. A los veintiuno del primer tiempo estaba 2-0 arriba con goles de Mastrángelo y dominaba completamente el trámite. El partido era un festín y no tardó en bajar el ole de las tribunas del José María Minella. Nadie sospechaba lo que iba a pasar.
Los europeos, inmutables, empezaron a toquetear la pelota en el medio y los jugadores de Boca sintieron el rigor de los médanos que imponía el trabajo de preparación física de los días previos. Y en lugar de bajar un cambio, cerrarse atrás y salir de contra, el xeneize se cebó y quiso golear al rival tal como había hecho River un par de noches atrás. El tema es que no se tuvo en cuenta un detalle: los tipos jugaban a su ritmo, no cambiaban el libreto por nada del mundo y esperaban agazapados a que Boca baje el ritmo infernal con el que había salido.
Cerca de la media hora, en el lapso de cinco minutos y luego de dos llegadas mano a mano rompiendo la trampa del offside, los checos empataron y empezó otro partido, condimentado por algunos fallos insólitos de Teodoro Nitti favoreciendo a los checos. Y Boca se descontroló.
Antes que termine la primera etapa, Pernía vio la roja por protestar un foul dudoso de Santos afuera del área. Todo Boca empezó a pensar más en el árbitro que en el rival y el juez, se mostró con una tendencia alevosa a imponer su personalidad cobrándole todo en contra a una tribuna que lo puteaba de arriba a abajo ante cada fallo.
En el segundo tiempo la cosa tuvo otros ribetes. Boca fundió motor enseguida, no llegó casi nunca al arco de enfrente y los checos metieron como locos para conservar el empate. Pero faltando cinco minutos llegó un tercer gol de Checoslovaquia. Y a la mierda todo. Tras mover del medio, Salinas fue a luchar una pelota al costado y le metió tremendo codazo en la cara a un rival, se ganó la roja y Boca se le fue encima a Nitti. La expulsión fue irreprochable, pero el horno no estaba para bollos. Y el propio Salinas se confesó tras el partido: "...me echó bien, no tengo excusas. Antes había chocado fuerte con el checo y en la jugada de la expulsión, pensé que me iba a bajar. Entonces me prepare con los codos pegados al cuerpo y lo toqué cuando se me venía...".
Tras el final caótico, el Toto se permitió un minuto para analizar varias cosas que había dejado el partido, que de amistoso tuvo poco y nada: "...nos pusimos dos goles arirba con bastante fortuna, aprovechando errores, pero nos empezamos a quedar. En cambio ellos no se pararon nunca. Run, run, run... y nos serrucharon... Nos mataron corriendo...”.

Ante la insistencia del periodismo sobre la floja actuación de Santos, el Toto soltó la lengua y soñó con reforzar el arco e Boca: "...lo puse en lugar de Gatti porque Hugo está lesionado y necesito verlo a Santos, foguearlo en estos partidos. Yo quería a La Volpe pero se hace muy difícil, casi está descartado. Pensé en Delménico pero vamos a ver...”.
Los once que jugaron esa noche fueron Santos, Tano Pernía, Bordón, Mouzo, Colorado Suárez, Chino Benítez, Chapa Suñé, Marito Zanabria, Mastrángelo, Salguero y Mono Perotti.

lunes, 16 de noviembre de 2009

Roberto Rubén Rosario Prado


Sólo dos veces en la historia se dio que un jugador de Boca se convierta, una vez retirado, en utilero del primer equipo. El primer caso data de 1925, cuando Martín Pupili capitaneaba la tercera división del club. Tres años más tarde, ya retirado, ingresó como empleado y finalmente, en 1930 se hizo cargo de la utilería, la cual no abandonó por los siguientes 30 años.
El segundo caso tiene que ver con Roberto Rubén Rosario Prado, delantero potente y con cierta técnica que en 1980 arribó desde Villa Constitución a La Candela para quedarse 6 años en el Xeneize.
Eran tiempos difíciles por La Boca. Una dura situación económica, deudas incobrables y una huelga que se veía venir y que inevitablemente se produjo, desencadenó, como no podía ser de otra manera, el debut promiscuo (?) de varios juveniles. Así, el 22 de diciembre de 1983, por la última fecha del Metropolitano y para cubrir la medida de fuerza llevada a cabo por la Primera División, la 4ta salió a la cancha para enfrentar a Instituto en Córdoba.
El propio Prado relata el momento de su debut: “...Una mañana estábamos practicando cuando apareció Grillo y preguntó quién tenía el documento en la mano para viajar a Córdoba. Como yo estaba en la colimba y ahí te retenían el DNI, sólo andaba con un permiso provisorio. Le dije que tenía ese papel, si podía jugar así, y me llevó...".
Además recuerda: "...a las 14 teníamos que salir para Aeroparque, porque se iba el vuelo y no llegábamos al partido, que era a las 17. Y al final, arribamos a Córdoba a las 20 y salimos a la cancha a las 21...", recuerda.
Muchos hinchas de Boca recordarán ese partido porque ese día debutó Fabián Carrizo, único en lograr continuidad en ese equipo, pero algunos otros rememorarán que el único gol de esa goleada que se comió Boca, lo convirtió Roberto Prado. Fue un golazo de emboquillada desde afuera del área. Esa tarde, también, le cometieron el penal que Delménico le atajó a Iturrieta.
A partir de ahí y hasta 1986, año en el que quedó libre, únicamente pudo disputar 3 encuentros, todos con derrotas. Uno de ellos fue el 8 de julio de 1984 frente a Atlanta en el que Boca usó camisetas de entrenamiento con los números pintados con fibrón. Los otros dos fueron frente a Newell´s y Temperley, ese mismo año.
En 1985 fue prestado a Juventud Antoniana, volvió a Boca y quedó libre en 1986. Luego jugó un año en Ituzaingó, otro en el San Luis de Chile, el último en la Liga de su pueblo hasta que decidió retirarse. Prado lo cuenta así: "...laburaba y jugaba en una compañía de Acindar. Barría, pintaba, hacía de todo. Pero cerró la fábrica y me quedé sin laburo...".
Poco le duró ser un desempleado más ya que las migas que había hecho como jugador de Boca le fueron útiles cuando un día el reconocido doctor Eduardo Andreacchio lo recomendó para un puesto en la utilería de las Inferiores. Allí permaneció solo dos meses hasta que afortunadamente pegó el salto a la Primera. Conviviendo en la intimidad del vestuario supo ser compinche de las máximas figuras del plantel y hasta sirvió de cábala en numerosas ocasiones.
No obstante, la utilería, ese anexo del vestuario en el que se reparten camisetas, pantaloncitos, medias y botines, también tiene sus problemas. A fines de del año pasado, Roberto fue cesanteado para luego ser desplazado de la utilería más importante del club a la del vóley. ¿Por qué? Aparentemente cayó en la volteada por la conocida discordia entre los referentes del equipo y como no le caía bien a uno de los grupos, la dirigencia decidió moverlo.
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Autor invitado Claudio Aiuto

domingo, 15 de noviembre de 2009

sábado, 14 de noviembre de 2009

Carlos Biasutto incendiado por el Toto Lorenzo en pleno campo de juego


Durante el último año del ciclo de Rogelio Dominguez como DT, 1975, hubo que buscar un par de arqueros para compartir el arco con Enrique Vidallé, ya que luego de una huelga de notables del plantel, Rubén Sánchez no atajaría más en Boca. Hernandorena fue uno de ellos y no jugó ningún partido. El otro fue Carlos Biasutto, arquero de larga trayectoria iniciado en Atlanta y con paso por Rosario Central.
Biasutto nunca logró afianzarse en el puesto y para 1976 un renovado equipo iniciaba el exitoso ciclo de Juan Carlos Lorenzo. A pesar de la compra de Hugo Gatti, Biasutto permaneció en el club y reemplazó a la figura del Loco sobre todo durante las lesiones de éste.
Uno de los incidentes más recordados fue durante el entretiempo del partido jugado el 28 de marzo de 1976 por la novena fecha del campeonato Metropolitano que luego sería ganado por Boca. En cancha de Banfield, el resultado 3 a 3 y como quedó retratado para la posteridad, el Toto no tuvo contemplaciones para recordarle al pobre Biasutto cómo se hace para atajar en el arco de uno de los equipos más gloriosos del planeta.
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Autor invitado Miguel Sarfson

viernes, 13 de noviembre de 2009

Eduardo Casais


Haciendo un esfuerzo sobrehumano por no cerrar los ojos, los que tratamos de seguir las alternativas de Boca - Quilmes el 26 de junio de 2005 en el Nuevo Gasómetro, de golpe y porrazo vimos sacudida la modorra por las constantes repeticiones vía radio de un apellido medio raro: un tal Cahais. Después supimos que no había dos hermanos sino que aparte de Matías, también estaba en cancha Eduardo Javier Casais.
Casais, volante central batallador nacido en marzo de 1985 y surgido de las inferiores, a diferencia del pibe que iba a ser incendiado por La Volpe, ya había debutado el domingo anterior por la fecha 17 de ese oscuro Clausura.
Fue en el Parque Independencia en una derrota 0-1 ante Ñuls. Boca, ya sin Chino Benítez en el banco y luego de la eliminación de la Libertadores frente a Chivas, echó mano al Chueco Alves como interino y a un grupo de pibes para tratar de terminar el campeonato lo más decorosamente posible.
Mucho no se pudo hacer y Casais vio como el tren le pasaba a toda velocidad sin dejarlo agarrarse si siquiera del estribo. Tras ese bodrio mayúsculo ante el Cervecero, donde toqueteó bastante la pelota pero no pasó nada de nada, vio como la llegada en masa de Alfio Basile y un batallón de refuerzos lo mandaron a fojas cero.
Será por eso que una vez terminada la temporada 2005/06, tras sus únicos 2 partidos en el xeneize, agarró los bolsos en silencio y se las picó sin pensarlo a un Tiro Federal que acababa de descender. Luchó para devolver a la A al equipo del Barrio Ludueña, pero ante la frustración, siguió su derrotero por diferentes clubes del ascenso. En fila y siempre por una temporada, la CAI de Comodoro Rivadvia, Instituto de Córdoba y actualmente en noviembre de 2009 Olimpo de Bahía Blanca.

jueves, 12 de noviembre de 2009

Martín Palermo (III) - Sus dos goles en tres minutos (pero uno a favor y otro en contra)


Como si la interminable colección de rarezas de Martín Palermo con la camiseta de Boca no tuviera límites (I y II), es obligatorio detenerse en el domingo 16 de agosto de 1998. Esa tarde noche en los comienzos del primer ciclo Bianchi, el xeneize recibió a Gimnasia de Jujuy en la Bombonera por la segunda fecha del Apertura.
Dentro de un trámite más o menos previsible y con Boca ganándole 1-0 al Lobo jujeño, en el último minuto del primer tiempo el Titán decidió entrar en escena a lo grande. En un ataque sobre la derecha del área rival, enganchó hacia adentro, miró el segundo palo y la picó para clavarla de emboquillada en el ángulo. Terrible golazo que festejó de cara a Casa Amarilla mientras muchos pensábamos que el partido estaba liquidado. Pero no. No contábamos con Palermo.
Tras la reanudación, la segunda etapa empezó con un baldazo de agua helada. A los 3 minutos, en un córner del Lobo, la pelota cayó sobre el primer palo, Palermó se elevó, la peinó y la clavó arriba, inalcanzable para Oscar Córdoba. Su temible cabezazo había puesto el descuento y un mar de dudas en un Boca que todavía no mostraba la mano del Virrey en defensa. De hecho a los cinco minutos, Gimnasia se encontró con un 2-2 impensado.
Por suerte, promediando el segundo tiempo Riquelme clavó un tiro de rastrón y puso a resguardo los tres puntos. Y también a un Palermo que si le contáramos también este gol hecho con la camiseta de Boca, estaría un poco más cerca de alcanzar a Cherro.

miércoles, 11 de noviembre de 2009

Rubén Acevedo


Por más que Rubén Carlos Acevedo no se haya podido afianzar nunca en la primera de Boca y sus registros finales indiquen apenas 9 partidos oficiales con la azul y oro en el pecho, creemos que no tiene mucho derecho a quejarse. Es más, es todo un privilegiado.
Porque este defensor central clase 1960 nacido en San Nicolás y surgido de La Candela, tuvo un debut sólo para elegidos. Y no porque la haya descocido aunque hay que reconocer que cumplió una tarea correcta. Resulta que Acevedo se asomó por el túnel de la Bombonera el 22 de febrero de 1981, la histórica tarde que debutaban también Maradona y Brindisi frente a Talleres. Más de medio país quiso estar presente esa tarde en la cancha de Boca, así que bastante bien se portó el destino con nuestro homenajeado dándole la oportunidad de formar zaga con Huguito Alves, Mouzo y Cacho Córdoba.
Al domingo siguiente volvió a integrar el equipo titular que mandó Marzolini a la cancha y empató 2-2 con Instituto en La Boca. Esa tarde, hubo algunos cortocircuitos defensivos pero desde ya que no puede achacársele toda la responsabilidad a Acevedo. La Pantera Rodríguez hizo lo suyo también. A partir de ahí, fue quedando en el fondo del mar a manos de Tesare primero, Pasucci después y Ruggeri finalmente.
El parate de Acevedo duró año y pico. Su retorno fue el 16 de mayo de 1982 por la última fecha de la primera fase del Nacional. Un Boca ya eliminado y con suplentes recibió en la Bombonera al Lobo mendocino y le ganó 1-0 con gol de Ramoa. Ese año 82 jugó algunos partidos más, siempre aislados y como hombre de recambio en el Metro o integrante de formaciones de emergencia en la Libertadores.
Su presencia en el juego aéreo y cierta firmeza que se podía intuir, se mudó a partir de 1983 al Bosque de La Plata. Su carrera siguió en Gimnasia, para luego desfilar por Tigre, Cipolletti de Río Negro, Atlético Rafaela, Central Córdoba de Santiago del Estero, Sarmiento de Junín y Social de Ramallo.
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(Gracias a Guille por la colaboración)

martes, 10 de noviembre de 2009

Boca festejando un campeonato (I)

Cuando un árbitro pita a los noventa y Boca abrocha y mete en su bolsillo un nuevo campeonato, es muy fácil perder la noción exacta de lo que empieza a pasar en el campo de juego a partir de ese momento. Son minutos a pura confusión y en los que lo único que se quiere ver es la tan ansiada vuelta olímpica.
Pero en frío y con varios decibeles (?) menos, uno puede repasar que a lo largo de la historia, hubo muchas vueltas olímpicas que vinieron en combo con algunas yapas imposibles de dejar pasar. A saber y en orden cronológico.
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Vuelta olímpica con muñecos de Sugus. Boca campeón 1954

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Novia con barrilete. Boca campeón 1981

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Alambrado de Casa Amarilla derribado. Boca campeón 1992

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Muñeco (?) inflable. Boca campeón 1998

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Copa inflable. Boca bicampeón 1999

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Remeras cargando a River. Boca campeón de América 2003

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Globos aerostáticos en campo de juego. Boca campeón 2003

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(Gracias a Sebi por la colaboración)

lunes, 9 de noviembre de 2009

Boca 1975


Arriba: Biasutto, Patota Potente, Ovide, La Fuente, Tano Pernía y Tarantini. Abajo: Felman, Alves, Hugo Paulino Sánchez, Marcelito Trobbiani y M. González.

domingo, 8 de noviembre de 2009

Droopy (V)


Pizzería La Boca en el barrio la Barceloneta. Barcelona, España.
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(Gracias a Fernando González)

sábado, 7 de noviembre de 2009

Ariel Carreño


Sin ponernos a analizar mucho en detalle, lo cierto es que la trayectoria de Ariel Sebastián Carreño en Boca no fue muy impactante que digamos. Ni desde las estadísticas ni desde el rendimiento. Estamos hablando de un delantero con presencia física, velocidad y algo de habilidad. Dicho así suena bárbaro, pero a esto hay que sumarle un andar tibio y una cantidad importante de lagunas por partido.
Surgido de las inferiores xeneizes, debutó oficialmente la tarde noche del 16 de agosto de 1998 en el 3-2 a Gimnasia de Jujuy por la segunda fecha del Apertura. Tras estar sentadito ochenta y nueve minutos de espaldas a Del Valle Iberlucea, fue un espectador de lujo para ver el gol a favor y el gol en contra de Martín Palermo. Pero casi en el cierre, recibió una indicación paternal de Bianchi y entró a la cancha para reemplazar a Juan Román Riquelme.
Ese minuto jugado, fue ni más ni menos que su primer ciclo con la azul y oro ya que estuvo un tiempo más pero no fue tenido en cuenta en ese verdadero equipazo que se formó sin que muchos nos diéramos cuenta. Por eso, sumado a que Guillermo y Palermo estaban en llamas, debe haberlo pensado bien y agarró volando una oferta para irse a préstamo al fútbol mexicano.
Luego de la experiencia más un paso por el Funebrero, volvió en 2001 para comenzar a transitar su segundo ciclo en el club, con bastante más rodaje que el anterior. Tras jugar algunos ratos aislados, por fin pudo tener sus noventa minutos completos. Fue el 25 de junio de 2001 en la Bombonera, una noche de empate 2-2 contra el Vasco da Gama por la Copa Mercosur. Y esa jornada, coronada con un bombazo que terminó en gol, generó bastante ilusión en los hinchas y cuerpo técnico. Carreño se posicionaba de buenas a primeras como alternativa en ese semestre de transición anunciado por el Virrey. Fue en esta época donde alcanzó mayor continuidad y marcas en las redes contrarias. Nada para descorchar pero era una opción a tener en cuenta. Así anduvo hasta mediados de 2002, donde el Maestro Tabárez metió mano y evidentemente no hizo mucho para retenerlo.
Se puso las camisetas de Chicago y San Lorenzo y pegó la vuelta a mediados de 2004 para su tercer ciclo en el amanecer del ciclo Brindisi. En su segundo partido se mandó con un gol electrizante en el 3-0 a San Lorenzo en la Bombonera, tras enganchar y ajusticiar la valla azulgrana. Lo gritó con alma y vida de cara a los socios de Casa Amarilla, tal vez pensando que podía ser el trampolín definitivo para su relanzamiento. Pero no. Compartió la agonía de Boca en ese Apertura 04 y tras jugar contra Almagro por la última fecha, se fue definitivamente del club dejando tres ciclos, 44 partidos oficiales disputados y 8 goles convertidos. Más allá de si los números le alcanzan o no para zafar, la sensación es que como mínimo le faltó ese plus necesario para pegar el gran golpe.
Su carrera incluyó toda la paleta de colores al ponerse las camisetas de Puebla de México, Chacarita, Nueva Chicago, San Lorenzo, Thun de Suiza, Lanús, Tiro Federal, San Martín de San Juan y Millonarios, Once Caldas y actualmente La Equidad de Colombia.

jueves, 5 de noviembre de 2009

Enzo Ferrero, el escorpión xeneize


En algunas épocas Boca promocionó a primera figuras rutilantes. A principios de los 70 sin dudas que Mouzo, Potente, Ferrero, Trobbiani y Tarantini fueron las apariciones más importantes. De quien escribiremos ahora es de Enzo Ferrero, puntero veloz, muy hábil y goleador que en algún momento por 1973 compartió el puesto con otro fenómeno traido de Belgrano, Carlos Guerini.
En el verano de 1974, como siempre, se disputó el torneo Ciudad de Mar Del Plata, en esa época en el estadio San Martín. Los rivales, River, Aldosivi y Huracán. Precisamente frente al Globo, el 20 de enero en lo que fue un 4 a 2 a favor de Boca, Ferrero marcó el tercer gol con una jugada que contemporáneamente patentó el arquero colombiano René Higuita: el escorpión.
En la nota con un blog colega cuenta Ferrero: “...Ponce cruzó un centro sobre la izquierda, la pelota hizo una comba y me quedó atrás, me tiré y le metí un tacazo, entró en el ángulo sobre la cabeza del arquero Leyes. Todos los goles tienen algo especial, pero ese fue el mejor que hice...”.
Él en realidad lo hace muy simple. Semejante golazo fue nada menos que tirándose de palomita, dándole con los tacos, o sea el famoso escorpión realizado por una figura xeneize y terminando en gol. Ferrero lo recuerda como su mejor gol en Boca. Algunos como el mejor de la historia.
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Autor invitado Miguel Sarfson

Raúl César


Si arrancamos con un “...al César lo que es del César...” ya tendriamos un inicio. Flojito, pero inicio al fin. Ahora, no nos podríamos quejar si alguien pregunta malintencionadamente: ¿qué es concretamente lo que le corresponde a Raúl Andrés César? Y la verdad, difícil encontrar una respuesta.
Volante pelilargo por izquierda de los que hoy llamaríamos enganche, habilidoso pero algo calesitero, que llegó calladito en 1989 para sumarse al ciclo de Aimar.
Debutó oficialmente el 26 de noviembre casi terminando la primera rueda de la temporada 1989/90. Fue una tarde nublada frente al Lobo en la Bombonera cuando el Cai puso suplentes priorizando la Supercopa. César, suplente de los suplentes, entró a los veinte del segundo tiempo por Hoyos más que nada para hacer de diez y coordinar los ataques xeneizes. Misión más que jodida teniendo en cuenta cómo chocaban ese día Pico en una punta, el Coya Gutiérrez por el medio y Sergio Berti por la otra banda. Y sin exagerar, esa delantera puede tirar al bombo al más pintado. Obviamente la aventura terminó como tenía que ser. Derrota final 2-3. Digna, pero derrota al fin.
En el Apertura 90 sumó algunos minutos aislados formando parte del infernal mete y saca jugadores que había decidido Aimar en la agonía de su gestión. En una de esas incursiones, César metió su único gol con la azul y oro en el pecho con medias blancas (?). Fue una volea de atropellada sobre el arco del Riachuelo para empatar un partido chivo que había empèzado 0-2 a favor de Mandiyú de Corrientes.
En 1991 con Tabárez en el banco pudo jugar menos todavía. Y hay un motivo contundente. Ese equipo del Maestro era una máquina que ponía a los rivales en fila para ganarles. Y eran épocas en las que no se hablaba ni por asomo de rotación. Los titulares ponían la cara en el campeonato local y tambien en la Libertadores, postergando a todo el resto del plantel.
Tras el mazazo en las finales con Ñuls, jugó algunos partidos de la Liguilla y cerró su paso por Boca dejando para la estadística 14 encuentros disputados y 1 solo gol covertido.
Su carrera incluyó dos ciclos en Estudiantes de Buenos Aires, Platense, Vélez, Unión General Pinedo de Chaco, Querétaro FC de México, Millonarios de Colombia y Kalamaria de Grecia.

martes, 3 de noviembre de 2009

La grabación de un video de Daddy Yankee en la Bombonera


La verdad que no tenemos ni idea si el último corte (?) de Daddy Yankee, “Grito mundial”, va a ser un hit o no. Tampoco sabemos si va a hacer que venda más discos que antes o si marcará un antes y un después en su carrera musical. De lo único que estamos seguros, es que los flacos que laburen en la edición del videoclip van a tener que meter mano a fondo. Sino, no habrá manera de tapar el bochorno ocurrido el jueves 29 de octubre de 2009 en la Bombonera.
Esa tarde, con un calor de locos y luego de cuarenta y cinco minutos en los que se pudo ver a Boca jugar bastante bien y ponerse 2-0 ante Chacarita por la fecha 11 del Apertura, llegó por fin el entretiempo. Pero la corrida a mojarse las cabezas y por qué no, a comprarse un palito de agua de frutilla, se vio sacudida por un hecho. De repente, ingresó al campo de juego un grupo de personas con cámaras en mano escoltando a Daddy Yankee. Mientras por los altoparlantes ya anunciaban un show del cantante, sonaba a todo vapor su tema “Grito mundial”. Y así nomás, casi sin darnos cuenta, toda la Bombonera sirvió de fondo para la filmación de un videoclip. Pero lo más interesante, estaba por llegar.
La mímica, los gestos y todo el baile de Daddy empezó robar más tiempo de lo esperado. Y de ahí a los primeros chiflidos hubo un paso muy corto. Mientras filmaban al cantante y el entretiempo ya había superado los veintipico de minutos, uno de su troupe (?) arengó con las manos para que la gente de Boca empiece a cantar y le ponga emoción al clip. Groso error que marcó el comienzo del fin.
Al acercarse al área de Casa Amarilla, y ya con Palermo y compañía en la boca del túnel esperando el final de la grabación (?), los pedidos hacia La 12 se hicieron más visibles. La gente, ya malhumorada, no sólo no saltó ni cantó sino que empezó con un duro “...se la come... el gordo se la come...”. Teniendo en cuenta las buenas migas que haría Yankee con la barra, lo más probable es que el cantito/cargada haya sido dirigido a su coequiper de filmación. Pero para el caso, daba lo mismo y el mensaje fue clarísimo. Enseguida la cancha entera se unió en una estruendosa silbatina que hizo de banda sonora y poco más que le bajó el telón al cantante.
Volaron algunas botellas de Aquarius Pomelo desde la platea baja y el grupo se fue despacio mientras por fin entraban los jugadores y quedaba flotanto en la Bombonera una duda enorme. ¿Cuándo veremos en la tele el video de “Grito mundial”?

Navarro Montoya buzo, pantalón y medias cambalache (1994/95)


Para los que creíamos que las excentricidades en el arco de Boca sólo nacían y morían con Hugo Orlando Gatti, fuimos viendo que esto no eran tan así a medida que fue avanzando la década del noventa. Por lo menos en cuanto a la vestimenta.
Porque Navarro Montoya, bien calladito, empezó lentamente a ir cambiando sus ropas hasta llegar a un momento en particular que no se sabía exactamente si lo que quería era llamar la atención, demostrar personalidad o las dos cosas al mismo tiempo.
Así fue como a fines de 1994, de la mano de la mítica Olan, el Mono salió al campo de juego vestido… ¿cómo decirlo? Jodido encontrar una palabra. El Mono metió una combinación en donde predominaba el amarillo pero en el que estaban casi todos los colores de la pantonera (?). En el buzo, lejos lo que más zafaba comparado con el pantalón y las medias, estaba el ya a esa altura tradicional camioncito con el dibujo del Mono manejándolo. Pero todo lo demás, inclasificable. El pantalón y las mangas estaban llenos de figuras geométricas. Y lo de las medias, tranquilamente puede armarse un concurso con importantes premios para el que encuentre una palabra piola para describirlas.
Difícil bajar el martillo y decir si era una pilcha linda o fea. Pero lo que sí, quedó bastante pegada con derrotas claves como la final de la Supercopa 94 o el 0-3 con River en la Bombonera que sirvió de guillotina para el Flaco Menotti. Será por eso tal vez que el Mono usó esa ropa sólo unos pocos partidos más a comienzos de 1995.

lunes, 2 de noviembre de 2009

Festejos Imborrables (XVIII)


Ruso Hrabina luego de un cabezazo tremendo contra Ñuls sobre el arco de Casa Amarilla. Clausura 1991