domingo, 31 de enero de 2010

Los tres goles de Centurión en seis minutos


Haciendo mucho control mental y un esfuerzo sobrehumano por no seguir puteando a Centurión después de que se agarrara sus partes (?) delante del alambrado de Casa Amarilla, hay que reconocer, nobleza obliga, que tuvo una tarde de gloria. Y fue justamente una rueda atrás de ese bochornoso partido final con el Lobo en la Bombonera.
La epopeya de “Mano de Piedra” fue el 27 de julio de 1985 y en la visita de Boca a Gimnasia en el Bosque por la 4ta. fecha del campeonato. Don Alfredo Di Stéfano puso ese domingo en cancha al uruguayo Balerio, Matabós, Brown, Pasucci, Ruso Hrabina, Ivar Stafuzza, Vasco Olarticoechea, Irazoqui, Alfredo Graciani, Chino Tapia y el muchacho en cuestión (?). E inesperadamente, Boca le estaba haciendo pagar con creces el derecho de piso a un Lobo recién ascendido. El partido iba 3-0 y faltando unos diez minutos, Gimnasia se descontroló mal y salió a matar o morir.
Aquí fue cuando entró en acción Ramón Centurión facturando tres contrataques en la red del Lobo. Y todo en seis minutos El primero, a los 35 del segundo tiempo, fue tras un pase de Olarticoechea. Centurión entró al área por el segundo palo, remató, tapó Argüeso, tomó el rebote y la metió por el primer palo. Cuatro a cero.

Tres minutos después, tras una salida de Dykstra lanzado en velocidad hasta mitad de cancha, recibió el pase en cortada, entró solo por el medio y ajustició con un toque corto y bajo. Cinco y ya había fiesta.

En el último, a los 41, tomó otro pase del Vasco, gambeteó a Russo y al quedar mano a mano con el arquero, tiró bajo y a colocar. Golazo. La tarde se cerró entonces con un 6-0 feroz y una ilusión a todo trapo acerca de un nueve que jugaba sus primeros partidos en Boca y había venido justamente a eso, hacer goles.
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PD
La ilusión duró un suspiro y enseguida vinieron momentos bien oscuros.

sábado, 30 de enero de 2010

viernes, 29 de enero de 2010

jueves, 28 de enero de 2010

Mario Alberto


Lo realmente llamativo de Mario Eduardo Alberto no es tener un nombre como apellido. De hecho hay más casos de este tipo (I, II) que supieron ponerse la camiseta de Boca. Lo más llamativo es su arribo al club a los 28 años y sin mucha chapa que digamos, a excepción de varios cientos de partidos en Unión de Santa Fe. Evidentemente el Boca 1984 agarraba lo que le pasara cerca.
Defensor central, preferentemente número seis, Alberto debutó el 8 de abril de 1984 en la segunda derrota en dos partidos del Metro 84. Fue caída 0-2 con Ferro haciendo de local en cancha de Vélez, y esa tarde soleada, nuestro homenajeado formó defensa con Segovia de cuatro, Ruggeri de dos y Oveja Bordet de tres.
Protagonista entonces de ese arranque nefasto del Metro 84, la guillotina que decapitó al Zurdo López le pasó raspando. De hecho, Dino Sani lo movió de la defensa para usarlo de comodín en el mediocampo. Así, de buenas a primeras, le cayó del cielo la oportunidad de meter su único gol oficial en Boca. Fue en la primera fecha de la segunda rueda cuando en un partido nocturno en día de semana, Boca le ganó 3-1 a uno de los candidatos a campeón: Estudiantes. Su gol, el tercero, aseguraron los dos puntos y cerraron lo que fue tal vez la mejor producción de Boca en el año. Pero la primavera duró minutos. Boca volvió a rodar y las derrotas acumuladas despidieron a Dino Sani y a un 1984 tremendo.
Ya en 1985, con Don Alfredo Di Stéfano como técnico, jugó un par de partidos del Nacional a comienzos de año, pero fue perdiendo lugar a medida que Boca, de a poco, muy de a poco, empezaba a armar un equipo más o menos potable. Antes del comienzo de la temporada 1985/86 armó los bolsos tras 22 partidos oficiales en el xeneize, volvió al Tatengue y siguió su extensa carrera, bajándole la persiana definitivamente en Deportivo Maipú de Mendoza.

martes, 26 de enero de 2010

Julio César Alcorsé


Caso curioso y tal vez uno de los más grosos a la hora de buscarle explicaciones a lo inexplicable. Porque si hoy día sigue teniendo cierto rebote el nombre de Julio César Alcorsé, seguro que no es por lo hecho en la primera de Boca.
Y estamos tan convencidos de eso como de que sus únicos 20 minutos con la camiseta xeneize fueron un manojo de nervios para él, para sus compañeros, para el técnico y para todos los hinchas. En otras circunstancias, veinte minutos tal vez hubieran pasado desapercibidos, pero ese 10 de diciembre de 2000, imposible.
Boca campeón del Mundo visitó a Chacarita en cancha de Vélez por la penúltima fecha del Apertura. Y con la excusa válida del cansancio, no pudo llevárselo por delante al Funebrero. Más bien todo lo contrario. El segundo tiempo arrancó a puro traspié. Gol de Chaca, expulsión de Chelo Delgado y otro gol de Chaca. Pero tras el descuento del Patrón Bermúdez, Bianchi voló al Chino Pereda y puso a Alcorsé haciendo dupla de ataque con Palermo, ¿Objetivo? El de encontrar el empate aunque sea en algún cabezazo.
Para ser sinceros, al pibe, centrodelantero flaco, alto y surgido de las inferiores, le tiraron un carbón encendido en su debut. Venía con la chapa de haberle metido 5 goles a Lanús en un partido de reserva, pero esa tarde el escenario era muy diferente. Boca debía quemar las naves e ir a matar o morir para tratar de empatar el partido y no dejarle servido el campeonato a un River que jugaba después con Huracán.
Alcorsé se movió, saltó a cabecear un par de veces pero se vio arrastrado por el vértigo de un equipo que iba desesperado y sin ideas.
Aunque la experiencia terminó en derrota 1-2 y obviamente no fue buena, el gol de Derlis Soto en Núñez devolvió el alma al cuerpo e hizo pensar en que Alcorsé tendría alguna que otra chance más de mostrarse. Pero no. Misteriosamente, nunca más jugó en Boca. Resumiendo, fueron 20 minutos y cero gol en primera pero una jornada consagratoria en la reserva haciendo 5 goles en noventa minutos.
Se fue a préstamo al Lucerna de Suiza, volvió en 2002 para irse al toque y seguir su carrera en Brown de Arrecifes, Deportivo Morón, el Entella de Italia, Unión La Calera de Chile, Sportivo Belgrano de San Francisco, Deportivo Roca de Río Negro, los Hibernians y Marsaxlokk de Malta y Guaraní de Paraguay, en donde se lo pudo ver durante 2009.

lunes, 25 de enero de 2010

Aris Salónica 0 - Boca 1


La gira de pretemporada por Europa a mediados de 2009 tuvo una fogosa parada en la ciudad de Tesalónica el 5 de agosto. Allí en Grecia, Boca enfrentó al Aris Salónica local en un clima que, siendo mesurados, fue un infierno.
La locura que generó la llegada del plantel xeneize ya quedó a la vista cuando el martes 4 entre 3.000 y 4.000 hinchas fueron a presenciar un entrenamiento muy liviano. Con este antecedente, no extrañó que a la hora del partido no entrara un alfiler en el estadio. Esa noche, bajo un calor agobiante, se matizó la previa con videos pasados por la pantalla gigante mostrando la salida de Boca en la Bombonera frente a River. Y al rato, la locura reflejada en el lanzamiento de dos toneladas de papel para recibir a los equipos. Si a 25.000 serpentinas le sumamos fuegos artificiales y 4.000 bengalas, ni el más despistado podía creer que lo que se venía era un amistoso. El tema de fondo pasa por que la hinchada del Aris se mira en un espejo que es “La 12”. Y así meten trompetas, bombos, platillos, banderas de Boca y hasta las mismas canciones. Algo sospechábamos desde la increíble y mediática recepción que le hicieron al Tano Gracián. Pero ver a la gente trepada a las rejas de la cancha hablándole a gritos a los suplentes que precalentaban, superó todo lo imaginado.
El amistoso fue bastante movido con predominio siempre favorable a Boca. Pero los partidos se ganan con goles y recién a los treinta del segundo tiempo Sebastián Battaglia pudo marcar el único tanto del partido para abrochar el triunfo.
El final fue a pura coreografía de la hinchada local junto a banderas que decían “Bienvenido Boca. Mi casa es su casa” o “Aris FC y Boca hermanos para siempre”. De locos.
El equipo que arrancó el partido fue más que un banco de pruebas para el Coco: Pato Abbondanzieri, Ibarra, Forlín, Sauro, Monzón, Pochi Chávez, Leandro Díaz, Nico Gaitán, Marino, Philippe y Noir. De todas maneras, más tarde fueron desfilando de a uno Román, Palermo, Insúa y otros.

sábado, 23 de enero de 2010

La mitad más dos (XVII)


Gallagher, William John Paul "Liam". Músico británico y cantante de Oasis.
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Gracias a Jorge Holzmann

viernes, 22 de enero de 2010

Festejos Imborrables (XXIII)


El Beto Márcico frente a Vélez y antes de hacerse pelota saltando un cartel de publicidad en el arco de Casa Amarilla. Apertura 1992.

miércoles, 20 de enero de 2010

El inesperado y poco feliz final de Paulo Valentim en Boca


Quien no recuerda con cariño al genial Paulo Valentím, el del cantito en rima de la hinchada y los goles por doquier a River. Uno de los mas grandes brasileños con la azul y oro junto a Domingos Da Guía y Orlando. Es sabido que ganó campeonatos, se cansó de hacer goles, pero en 1963 las cosas no anduvieron bien para el astro (relegado por Sanfilippo) y para el comienzo de 1964 con Boca de gira por Europa y el relegado en Buenos Aires, estaba poco mas que desahuciado.
De ahí el rescate de la nota sin firma y sin remilgos de El Gráfico del 5 de febrero de 1964, página 40, titulada “Este Valentim de Agora…”
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-Nou, eu no quero falar…
Estamos en el hall del Hotel Federal. El idioma de Valentim no puede olvidar a Brasil ni decidirse por Argentina…
-Nou, eu no quero falar…
No tiene ese aire arrogante y hasta hostil de sus mejores días. Es un Valentim distinto. Melancólico, tristón, filosóficamente tristón… La voz de Valentim llega otra vez…
-¿Se acorda vosé do Valentim deu 62? ¡Ah!... ¡Enton era Valentim!...
Parece un interlocutor lejano, que cada vez se aleja más en una bruma evocadora…
-Enton era famoso… Enton todo para Valentim… Agora niguen se acuerda de mí… Así e o futebol… Mais… nou quero falar de nada.
Está vestido con un pantalón oscuro y una remera. En la muñeca una cadenilla de identificación con su nombre dibujado con brillantes. En el dedo anular un gran anillo muestra un número nueve también con brillantes.
-¿Este? E mi número da fortuna. Con estí número en la espalda gané moito dinero… Todo lo que tengo. E no lo cambiaré por nieguen… Moitas veces quisieron ponerme o sete. Ma, nou, eu quero o nove. Si vose va con 7 está cerca de la raya. Un empujón e bota fora…
Sonríe… Recordamos el gol a Carrizo de la primera rueda. La noche de Peñarol en Montevideo. Aquel gol del triunfo sobre la hora…
-¿Mire vose no se guardaba plata como otros jugadores que ganan cien y gastan doscientos? ¿Agora non tenía nada? Hasta hace poco tempo tenía 23 años… Agora son 29… ¡Estoy viejo ya!...
Todo llega lento, acompañado de una sonrisa amarga. Un chiquilín rubio no se mueve de la escena. Su mirada, clara contempla con admiración al ídolo de sus sueños…
-Este e un pibe del hotel… E de Boca. Está siempre al lado mío…
Y le acaricia afectuoso la cabecita rubia…
-Mais non crea que tein problemas con Boca… Nou, recibí o telegrama para renovar o contrato. Agora vamos a ver. O señor Armando fue sempre atento conmigo. e un caballero. Siempre me dio todo. ¿Un médico pra mi mujer? E mandaba dois. ¿Pasagi pra Brasil? En seguida. Mais agora non juego. Desde que me expulsaron con Peñarol, nou jugué mais. Nou fui a la gira… no sé nada que va a pasar…
Nos invita a pasar al bar. El pibe rubio sigue detrás de Valentim. El brasileño lo mira y le sonríe agradecido…
-Mais vosé no crea que mi sento débil. Estoy tranquilo. Tengo oito departamentos en Copacabana. Cuatro vacíos bajo llave. Cuatro alquilados. E un departamento a Capital El auto… Un montón de ropa, de alhajas… Mi mujer puede cambiar un vestido todos los días e puede pasar más de un meis sim repetir el mismo… Agora duerme, la dejé porque está cansada. Anoche salimos de farra… ¿Sabe que vosé me está haciendo falar? Eu no quero falar de nada… ¡Bah! Nacional pidió meu pase a Boca. Mais pidieron 130.000 dólares… E moito dice Zezé Moreira… ¿Vosé sabe cuánto vale un chalet aquí en Mar del Plata? Quero comprar algo… Invertir…
-Pero… ¿y si se va de Boca, si va al Uruguay?
-Me gusta moito Argentina. A mi mujer también… Pasamos 6 meses aquí, 6 a Río, ya está…
Cuando le preguntamos si le gustaría jugar en otro club de Buenos Aires sonríe maliciosamente y hace el signo pesos con las yemas del índice y el pulgar…
-Si… me quedaría… pero. ¿y la plata? Eu gano 180.000 en Boca… Crea vosé que eu no quero falar, mais me acuerdo deu 62… ¡Enton era Valentim!... ¡Bah! ¡Un jugador e un nome de poco tempo!...
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Se queda silencioso, como envuelto en la escéptica reflexión de este Valentim, viajando en el tiempo, en aquel 62 de su fama, de su mimada fama…
-Hoy uno e ídolo. Mañain desaparece… E así esta profesión…
El pibe rubio sigue en la escena. Feliz de sentir la proximidad del ídolo. Feliz de sentir la mano del ídolo sobre su cabeza enrulada. Para su pureza Valentim sigue siendo el mismo de antes, el que turbó sus noches con el ruido de un taponazo y la gritería de la tribuna… ¿Qué sabe él de este Valentim melancólico, escéptico, de sonrisa triste?...
El estaba allí, al alcance de todo lo que dijo Valentim. Pero no escuchó nada. No le interesaba nada. Era feliz admirándolo, sintiéndolo cerca. Además no podía entender el idioma tan extraño de su ídolo…
Cuando nos vamos Valentim se queda en la puerta de calle. El chiquilín permanece allí, pequeño, infinitamente pequeño al lado de la gigantesca talla del brasileño…
Valentim le pasa afectuosamente la mano por la cabecita rubia.
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Lejos quedaba el partido (casi una final) con River del 62 con la loca promesa cumplida tras la atajada de Roma a Delém. Había hecho 11 goles en 19 partidos en 1960, 24 en 30 en el 61, 19 en 26 del glorioso 62, ya en 1962 en el campeonato hizo 3 goles en 8 partidos y en la Copa hizo 4 en 5 partidos pero quedó fuera de la final. En el 64 haría un repunte con 10 goles en 22 partido y en el 65 ya solo jugaría un partido por la Copa Libertadores. En su final en Boca entendió que su merma era ya muy pronunciada por lo que pidió el pase en blanco a los directivos, el que le fue concedido.
Sin embargo, desgraciadamente acabó perdiendo todas sus propiedades y vagó en busca de la ya esquiva fortuna (hasta estuvo en Argentino de Quilmes sin llegar a jugar) hasta que al final llegó a necesitar ayuda incluso de antiguos rivales como Amadeo Carrizo.
Murió pobre y enfermo el 9 de septiembre de 1984, pero no al olvido, sino a la inmortalidad que es la llama que arde en los corazones de todos los xeneizes de ley.
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Autor Javier “Alois Fisher” Vaca

martes, 19 de enero de 2010

Martín Herrera


¿Es serio hablar de la carrera (?) de un arquero de Boca que atajó 1 solo partido en cuatro años y pico? La verdad que no, pero justamente de eso se trata (?).
Martín Horacio Herrera, arquero nacido el 13 de septiembre de 1970 en Río Cuarto, provincia de Córdoba, surgió del semillero boquense y pegó el salto a comienzos de la década del noventa. Fue al banco de suplentes algunos partidos pero para eso tenía que luchar el puesto con alguien que esperaba con paciencia oriental y se especializaba en la materia: el Gringo Pogany. Si a eso le sumamos que arriba de ambos estaba Navarro Montoya en su mejor época, saquemos cuentas.
El único partido de Herrera cuidando los tres palos xeneizes fue el amistoso contra San Lorenzo en la Bombonera jugado a fines de julio de 1995. Partido que terminó 1-1 y fue la excusa para presentar con todos los honores a Claudio Caniggia con la camiseta de Boca.
Al toque, seguramente entre resignado y ya harto, se fue del club. Su carrera, más que aceptable y de buen nivel en general, siguió en Atlanta, Ferro, el Toluca de México, Alavés de España, Fulham de Inglaterra, Estudiantes de La Plata y, lo último que se supo, con un paso por Estudiantes de Rio Cuarto a partir de 2007.

lunes, 18 de enero de 2010

Acerías Bragado 0 - Boca 4


Sin dudas que el insólito acontecimiento de que Guillermo Cóppola haya jugado en la primera de Boca, mandó a un tercer o cuarto plano el amistoso contra Acerías Bragado. Y está bien que así sea.
Pero si salteamos ese detalle, hay que tener en cuenta que hubo un partido de fútbol. Se jugó el 12 de octubre de 1980 y se dio dentro de los cálculos previsibles. Muy tranquilo y con Boca manejando el ritmo y dominando a voluntad a un rival que ni siquiera estuvo cerca de mojarle la oreja.
Con cuatro goles de Muñeco Outes (dos en el primer tiempo y dos en el segundo) se cerró un partido que en los minutos finales se desdibujó dada la cantidad (y calidad) de cambios hechos por Rattín, Los once que empezaron el partido fueron Loco Gatti, Huguito Alves, Pancho Sá, Ruggeri, Cacho Córdoba, Loco Salinas, Ruso Ribolzi, Marito Zanabria, Coscia, Outes y Mono Perotti.
Lamentablemente para Outes, para los jugadores de Acerías Bragado y hasta para el árbitro Pichi Loustau, todos los flashes se los robó Cóppola cuando reemplazó a Coscia faltando quince minutos.
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Gracias a Guille

domingo, 17 de enero de 2010

La pregunta del millón (XXIII)


¿Era estrictamente necesario la implementación de las mangas de seguridad en la Bombonera?
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Gracias a Guille

sábado, 16 de enero de 2010

La mitad más dos (XVI)


Gallagher, Noel Thomas David. Músico británico y guitarrista de Oasis.
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Gracias a Claudio Aiuto

viernes, 15 de enero de 2010

Droopy (IX)


Restaurant Boca Juniors en Elmhurst, Nueva York, Estados Unidos. Más precisamente en el 81-08 Boulevard Queens (Avenida 51).
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Gracias a Emiliano Torti

Fernando Mazzini


Cuando el Pichi Loustau pitó la finalización del primer tiempo el 25 de noviembre de 1990, la Bombonera se transformó en una caldera. Arengada por la barra enfrentada a muerte con Cai Aimar, toda la gente se unió en un canto contra el técnico de Boca. Hubo que levantar la lona que estaba sobre la entrada del túnel local y hasta volaron algunos proyectiles para despedir al técnico. ¿Qué pasó? Boca perdía 0-2 con Mandiyú desde los 20 del primer tiempo, el equipo daba lástima, usaba medias blancas y estaba a días de cumplir tres meses sin triunfos en cancha de Boca. Lindo panorama.
En el medio de semejante candombe, Fernando Javier Mazzini, segundo marcador central, hacía nada menos que su presentación oficial. Compartió defensa y kilos de dudas junto a Luis Abramovich, Juan Simón de dos y el mendocino Moya de tres. Ojo, ninguno de los cuatro hizo pie en esos cuarenta y cinco minutos.
El tema es que mientras los jugadores se sentaban para la charla técnica del Cai, el estadio entero hizo sonar el escarmiento al ritmo de “...la ca-miseta de Boca, se tieeeene que transpirar, y si no, no seeee la pongan, vayansé y no roben más...”. Seguramente deben haber temblado las paredes del vestuario y hasta por ahí las piernas de Aimar que, rápido de reflejos, cortó el hilo por lo más delgado. Afuera Mazzini. Adentro Chino Tapia. Tres en el fondo y a matar o morir.
Boca salió en el segundo tiempo a jugársela y empató ese partido. Aimar aguantó un par de fechas más en ese Apertura y siendo rigurosos salvó su cabeza ese domingo a costa de la de Mazzini.
Nuestro homenajeado, con un paso previo por las inferiores de Ferro, obviamente no jugó nunca más y siguió su carrera, brutalmente decapitada tras escasos cuarenta y cinco minutos, en el Pincha de Caseros.

jueves, 14 de enero de 2010

Nacional 74: una nueva sanción insólita contra Boca


Mucho se ha escrito sobre los motivos por los cuales una de las mejores épocas del equipo, la dirigida por Rogelio Domínguez entre 1973 y 1975 no se coronó con un título. Una de las teorías extrafutbolísticas habla de complots gubernamentales por la mala relación gobierno-club durante esos años.
Los que sostienen dicha teoría ven incrementada la misma cuando se relatan situaciones como la siguiente.
Al comienzo de la rueda final del Nacional 74, que la jugaron 8 equipos todos contra todos en cancha neutral y una sola rueda, Boca era el gran candidato.
Luego de perder insólitamente frente a Independiente el primer partido, sucedió algo inesperado. Vicente Pernía junto a Ricardo Bochini protagonizaron un incidente con los controles del estadio de Vélez al querer entrar con un amigo para ver un partido de la Selección Nacional frente a Chile. La AFA los suspendió a los dos y no volvieron a jugar en esa ronda final ganada por San Lorenzo.
Algunos podrán decir que Independiente se vio más perjudicado por la calidad del jugador suspendido, pero la cuestión fue que Diablos y Xeneizes cayeron en un tobogán que los marginó rápidamente de la posibilidad de obtener una nueva estrella.
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Autor Miguel Sarfson

miércoles, 13 de enero de 2010

Luciano “Lucho” Figueroa


Antes que nada y antes de que hordas enfurecidas (?) vengan (?) a prender fuego todo, vale la pena dejar claro una cosa: Luciano Gabriel Figueroa no fracasó en Boca. Pero su fugaz fama en el xeneize, más algunas circunstancias que acompañaron su corto paso por el club, hacen un combo perfecto para ponerse a laburar (?) un rato y armar el post.
Su arribo, en el segundo semestre de 2008, se dio por un motivo bien concreto: la rotura de ligametos de Palermo frente a Lanús por la tercera fecha del Apertura. Ante la grave lesión del Titán, la dirigencia de Boca dio algunas vueltas pero finalmente contrató a Figueroa a préstamo para encarar la recta final del campeonato local.
Lucho vino bastante falto de fútbol y con algunas lesiones importantes en su historial, cosas que hicieron dudar, y mucho, acerca de su rendimiento. Su desembarco fue la semana previa al superclásico y ni queremos imaginar lo que debe haber sentido Lucho al entrar a Casa Amarilla y ver en esos días una reunión muy caliente del plantel para tratar de salvar diferencias tras la salvaje interna que incluyó el cruce entre Cáceres y Riquelme.
Un nuevo triunfo frente a River cambió un poco el clima y dio oxígeno para que Figueroa, ya alineado oficialmente en el bando de Román, se aliste para su debut oficial. Fue el 22 de octubre de 2008 en Porto Alegre. Esa noche, Ischia mandó a la cancha un muletto para enfrentar al Inter por la Sudamericana. Lucho corrió, se movió, pero casi no la tocó. Salió a los veinte del segundo tiempo para dejarle el lugar a Noir, quien finalmente se iría expulsado al toque en esa derrota 0-2 de Boca.
En los partidos del campeonato local jugó algunos ratos aislados para terminar de ganar ritmo y prepararse para su primer partido entero: contra San Martín de Tucumán en la Ciudadela. Una tijera de Lucho puso el 2-1 final que dejó al xeneize cerca del título y a Luciano muy bien parado de cara a la consideración general de hinchas y técnico. Encima, en su segundo partido completo, última fecha del Apertura, pagó con dos goles en el arco de Casa Amarilla para ganarle a Colón 3-2 y meter al equipo en el triangular desempate para definir al campeón.
Tras la obtención del título (a la que sólo le faltó la frutilla de un mano a mano que le tapó Ardente en cancha de Racing la noche de la consagración) arrancó el 2009 a todo vapor. Dos goles a Huracán bajo una tormenta de granizo y a los tres días un cabezazo sobre la hora para ganarle 1-0 al Táchira en Venezuela y casi asegurar el pase a octavos de la Libertadores.
Pero el cuento de hadas terminó de un día para el otro. Tras un bajón importante del equipo dirigido entonces por Ischia, la dirigencia empezó a tramar una reducción en los contratos. El manager en persona anunció una quita en su propio sueldo, poniendo contra la pared a los pocos rebeldes que por entonces quedaban. Lucho, a través de su representante, dio señales de no querer resignar ni un centavo, de manera que se quedó hasta el final del pobre Clausura 2009 y partió de regreso al Genoa de Italia dejando un buen recuerdo, 23 partidos oficiales y 8 goles convertidos. Bien.
Su carrera, iniciada en Rosario Central, incluyó hasta el momento al Birmingham de Inglaterra, el Cruz Azul de México, Villarreal de España, River y el Genoa de Italia.

martes, 12 de enero de 2010

Sombra negra (IV): Bochini a fines de la década del 80


Cuando en un momento dado se rumoreó una probable llegada de Bochini a Boca, muchos hubiéramos hasta juntado firmas para que se haga. Y no porque el Chino Tapia anduviera mal ni mucho menos. La razón hay que buscarla en algo mucho más simple y hasta folclórico: el Bocha nos tenía alquilados. 
En aquellos años, segunda mitad de la década del ochenta, Boca intentaba resurgir luego de la crisis de uno de los peores años en la historia del club. Y así fue como empezó de a poco a pelear los campeonatos hasta las últimas fechas y con serias chances de salir campeón. Pero aparecía el Bocha y a la mierda todo.
Bochini no sólo se anotaba con actuaciones descomunales ante Boca sino que además metía goles, caños y pases gol. Y todo el combo, siempre en partidos calientes. Nada de amistosos en Mar del Plata.
Acá va un listado de tardes de cabeza gacha y domingos sin Fútbol de Primera:
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1) Campeonato 1986/87, penútima fecha
Boca y el Rojo chocaron el 26 de abril de 1987 en una Bombonera llena de barro y de gente. Faltaba una fecha para terminar el campeonato y los dos llegaban con posibilidades de salir campeón. Boca perdió 2-3 y el Bocha abrió el marcador en el primer tiempo con un gol de cabeza sobre el arco del Riachuelo. Fue una jugada confusa, con mil rebotes que la defensa no pudo terminar de despejar nunca. Alguien tiró un centro al medio del área y el Bocha casi sin saltar la frenteó y la colgó en el ángulo de Gatti. Chau título.
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2) Campeonato 1986/87, final de liguilla, partido revancha 
Un mes y medio después del 2-3, la final de la liguilla volvió a cruzar a Boca e Independiente. El premio era acompañar al campeón Rosario Central a la Libertadores. Tras empatar 2-2 en Avellaneda, la Bombonera estuvo nuevamente a full para ver el choque decisivo. Comas empató un partido chivo con un tiro libre impresionante faltando quince minutos. Pero Boca se cebó mal y fue a buscar la victoria a lo loco. Apareció Bochini en un contrataque sobre la hora, increíblemente aguantó con el hombro una embestida tremenda de Hrabina y tocó de puntín ante la salida de Gatti. La pelota entró picando despacito en el arco del Riachuelo y sentenció una nueva derrota clave del Boca de Menotti
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3) Campeonato 1988/89, primera rueda
El Boca de Marangoni y Pastoriza se fue ensamblando bastante bien a medida que avanzó el torneo. Y promediando la primera rueda hasta tomó la punta de la tabla. Pero en la visita a cancha de Independiente se topó con lo que a esa altura ya era el comentario de todos. Una sombra negra llamada Bochini. Tras un centro cruzado, el Bocha metió una volea impresionante contra el palo izquierdo de Navarro Montoya. Fue la apertura del marcador en la derrota final 1-2.
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4) Campeonato 1988/89, segunda rueda
Acá ya la cosa se pasó de castaño a oscuro. Para el partido contra el Rojo por la segunda rueda, Boca venía solo en la punta con Independiente tocando pito (?) de atrás. El clásico se presentó como el partido del campeonato y la verdad, lo era. Pero el Bocha le metió un caño a Marangoni antes de los dos minutos y empezó a adueñarse psicológicamente del trámite. Tras cartón (?) abrió el marcador con un gol bastante pillo. Una vez más el arco del Riachuelo fue el escenario. Derrota 1-2, punta compartida con Independiente y mazazo anímico al Boca de Pastoriza.
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Es totalmente incomprobable, pero la mufa se empezó a romper un poco a partir de la Supercopa 89 ganada en Avellaneda. A partir de ese penal atajado por el Mono al Luifa Artime, el efecto Bochini e Independiente pasó a ser por suerte sólo un mal recuerdo.

domingo, 10 de enero de 2010

Japón 1 - Boca 1


Tras la esperada victoria ante Selangor y el batacazo de un Nelson Iturrieta ganador del torneo interno de natación, el plantel de Boca dejó atrás los agobiantes 34 grados de Kuala Lumpur, viajó diez horas en avión, hizo noche en Hong Kong y aterrizó en un feroz invierno desatado en Tokio. De hecho, la primera mañana que los jugadores asomaron sus narices por la ventana del hotel, se llevaron la sorpresa de ver caer algunos copos de nieve y todo. Igual vale aclarar que el brutal cambio de temperatura era lo que menos importaba en esa gira a principios de 1982. Lo importante era acumular partidos para juntar plata.
Con las prioridades bien definidas, el 16 de enero Boca se presentó en el estadio Olímpico de Tokio para medirse con la selección local. Tras exclusivas conferencias de prensa con Diego en el aeropuerto, en un shopping y en la cancha antes y después del partido, el amistoso fue promocionado casi como un Japón - Maradona.
Sin embargo, tanta manija con el fin de empezar a instalar el fútbol en ese rincón del mundo, no produjo resultados concretos. Al momento de mover del medio, había 25.000 japoneses soportando una temperatura de 2 grados, quietos, en silencio y prolijamente sentados en las tribunas. La única señal de que algo importante iba a pasar fue ver a 85 fotógrafos corriendo desesperados a sentarse detrás del arco hacia donde iba a atacar Boca en el primer tiempo. Muy diferente a los cuatro que le miraban la espalda a la Pantera Rodríguez.
El comienzo del partido mostró un trámite parejo. El xeneize, pese a no contar con Perotti por lesión, arrimó algo de peligro y a los 17 abrió el marcador a través de Ruggeri. Japón acusó el golpe y los minutos que siguieron fueron a puro dominio de un Boca que llegaba, pero no liquidaba. Hasta que pasó lo imprevisto: cerca del final del primer tiempo, un bombazo de Koshida desde lejos sorprendió a la Pantera Rodríguez y puso el empate.
Tras el descanso, el segundo tiempo fue otro partido. Los nipones cambiaron el libreto y salieron de la cueva a matar o morir buscando el triunfo. Y ayudados por el quedo físico de Boca, los últimos diez minutos fueron en medio de un cascoteo ininterrumpido sobre el arco xeneize. Hubo tiros en los palos, en el travesaño y dos mano a mano ahogados por la Pantera. Pese al zarandeo del final, la tribuna siguió imperturbable. Casi como una postal.
La formación que puso el Polaco Cap en cancha para chupar un frío de locos fue Pantera Rodríguez, Huguito Alves, Mouzo, Ruggeri, Cacho Córdoba, Chino Benítez, Krasouski, Marito Zanabria, Gareca, Maradona y Matuszyck.

sábado, 9 de enero de 2010

La mitad más dos (XV)


Do Nascimento, Edson Arantes "Pelé". Segundo mejor jugador de la historia del fútbol y actual empleado (?) de FIFA.
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Gracias a Juan Martín Muñoz

jueves, 7 de enero de 2010

Combinación suplente blanca y amarilla (2009)


En el Apertura 2009, al dolor de ver a Boca dar bastante lástima dentro del campo de juego se sumó el dolor de ojos de verlo salir por el túnel de la Bombonera vestido todo de blanco y amarillo.
La ropa suplente, una poco feliz combinación de camiseta blanca con franja amarilla más pantalones amarillos y medias blancas, vio la luz (?) el sábado 5 de diciembre de 2009 por la fecha 17 y extrañamente no fue usada contra un Rosario Central o un L.N. Alem (?). El rival de fue Independiente y dicho sea de paso, gracias a un gol a los 43 del segundo tiempo, Boca perdió 1-2 y se cortó una racha de 13 años sin triunfos del Rojo en La Boca.
Así que si la intención fue mostrarle al Diablo los colores del Vaticano, hay que reconocer que la cosa no funcionó. Y por más delirante que sea la idea, preferimos mil veces pensar eso antes que sospechar que hubo intención de manijear la pilcha Nike justo unos días antes de la Navidad.

miércoles, 6 de enero de 2010

Wálter Cuadra


Infinidad de casos demuestran que un pibe de las inferiores puesto en el momento equivocado es tirarlo a las brasas. Y como son muy pocos los que pueden escapar de las llamas, al resto le queda el incendio total de su carrera. Como le pasó a Wálter Fabián Cuadra.
Volante central nacido el 28 de septiembre de 1963 en Zárate, provincia de Buenos Aires, y que gracias al oportunismo del Zurdo López fue lanzando a la primera en circunstancias bastante hot. Su debut fue el 6 de noviembre de 1983 cuando por la segunda rueda del Metro, Boca hizo de local en cancha de Atlanta y enfrentó a Temperley. El tema pasa porque el andar irregular de ese Boca tocó techo (?) cuando cinco días antes se comió una flor de paliza en el histórico 0-5 contra Nueva Chicago en Vélez. A los botes.
Para colmo, la tarde en VIlla Crespo arrancó con tutti. A los 40 del primer tiempo Boca ya perdía 0-3 y había errado un penal a través de Gareca. La trinchera del mediocampo diagramada por el Zurdo López con Cuadra, Berta y el Gallego Vázquez, hizo agua por todos lados. Esa nublada tarde, nuestro homenajeado fue incluso la piedra del escándalo. Cuando el DT lo sacó para poner al uruguayo Krasouski y bajar la cortina y no seguir comiéndose goles, la hinchada explotó: “...me parece que Boca no quiere ganar, me parece que Boca no quiere ganar, si es así.... si es así van a cobrar...”. El mensaje iba dirigido a los más grandes pero Cuadra rodó en la volteada. ¿Por qué? Por su papel protagónico en el primer gol del Gasolero a los 2 minutos. Cuadra se acercó a Gatti para pedirle la pelota, el Loco se la dio no muy al pie que digamos, Scotta lo encimó con fuerza, lo pecheó, se la robó y tocó al gol. Desmoralizante para un equipo que venía de cachetazo en cachetazo, y fatal para un pibe en su debut.
De todas maneras, el técnico trató de salvarlo de las llamas luego del partido: “…yo aseguro que estamos en presencia de un crack. Cometió un error en la primera jugada, y sin embargo mostró personalidad, pidió siempre la pelota y aunque tuvo varias equivocaciones más, me dejó conforme…”. Un amigo el Zurdo.
Y cómo habrá sido la cosa que casi año y medio tuvo que esperar para jugar nuevamente en la primera. Fue en un 3-1 contra Altos Hornos de Zapla por la segunda fase de la rueda de perdedores (?) del Nacional 85. El Boca de Di Stéfano hizo de local en Huracán y Cuadra entró por Claudio Dykstra faltando cinco minutos.
El resumen no hay forma de que sea alentador. Dos partidos de local pero jamás piso la Bombonera como jugador, cero gol, compartió vestuario con Bachino, usó la camiseta de Vinos Maravilla y su carrera se vio mutilada luego de su paso por Boca.

martes, 5 de enero de 2010

Aquí están, éstos son los ganadores de los premios 2009

Tras el cierre de las mesas (?) de votación y un lentísimo escrutinio en plena época de resaca, las urnas hablaron. Si bien los primeros guarismos marcaron tendencias, hubo que esperar a las últimas horas para ver como Julio César Cáceres, luego de arrancar con todo, hizo la gran Pinky y terminó perdiendo a manos (?) de Damián Diaz, cerrando así un 2009 parejito.
Pero basta de chamuyo. Los ganadores de los premios Imborrable Boca 2009 son:
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PREMIO “15 METROS DE FAMA”

Acá hubo afano. Pablito Mouche (45%) seguramente usando todo su glamour le pasó el trapó al lesionado Muñoz (18%). No cambiés nunca Pablo. O sí. Cada tanto meté la pelota dentro de los arcos contrarios.
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PREMIO “CON PENA Y SIN GLORIA”

Poco importó que la esté rompiendo del otro lado de la Cordillera. Damián Díaz (42%) le arrebató el trofeo agónicamente a Julio César Cáceres (24%) por apenas 9 votos y luego de una atropellada furiosa. Y eso que se supo de gente (?) que votó más de una vez al paraguayo. No le alcanzó pero muy meritorio lo de Tano Gracián con un 21% de apoyo (?) popular.
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PREMIO “VAMO’ VAMO’ LOS PIBES”

En un rubro con muchos candidatos, Colazo (42%) ganó contundentemente. El que quedó cebollita fue alguien que venía con pinta de comerse a los chicos (?) crudos: el Tito Noir (20%).
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PREMIO “PASE ATRIQUI”

La novela post Apertura sobre la inminente (?) llegada de Jesús Méndez pesó y bastante a la hora del voto popular. El 50% se jugó unos boletos a que era más humo que otra cosa y a decir la verdad, parece que la pegó.
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PREMIO “IMBORRABLE EN GENERAL”

El premio Imborrable en general, obviamente el más codiciado (?), fue votado masivamente para lo que tal vez haya sido la única alegría de 2009: el gol de cabeza de Palermo a Vélez casi desde mitad de cancha (58%). Lejos, muy lejos quedó el papelón de Ischia prohibiéndole el ingreso a Caranta a la concentración de Tandil. Pero ojo que fue en enero de 2009 y pese a eso, cosechó un nada despreciable 14%. Mención de honor a la ida, arrepentimiento y regreso de Negro Ibarra a mitad de año con un 6%.

El pentagonal Ciudad de Buenos Aires en 1968


En 1968 y nuestro presidente Alberto J. Armando, en algunos temas un delirante y en otros un visionario, presentó a las grandes incorporaciones del nuevo Boca en un torneo organizado por nuestro club y televisado en vivo por el Canal 9 de Alejandro Romay. 
Se presentaron junto a Boca, el rival de siempre River Plate, el múltiple subcampeón de América Nacional de Montevideo,  el poderoso Santos de Pelé y el Benfica de Portugal con "el otro Pelé", su competidor Eusebio. Todo a jugarse en la Bombonera.
Boca tenía todavía atravesada la final de la Libertadores del 63 perdida contra Santos y estaba todo listo promocionalmente para una especie de revancha.
Tal cual lo previsto, se llegó al último partido Boca - Santos con los brasileños primeros y Boca detrás a un punto, luego de golear a Nacional y empatar con River y Benfica. A pesar del monólogo establecido por nuestro equipo el resultado fue 1 a 1 y la Copa viajó para Brasil. El nuevo Boca de Rogel, Pardo, Cardozo, Texeira Lima, Cabrera, Jorge Fernández, Milton Viera y Julio Melendez comenzaba mal un año donde solo arrimó cerca en el Torneo Nacional ganado por Vélez.
Para vengarse realmente del Santos hubo que esperar hasta el 2003 donde el equipo de Carlos Tévez borró la derrota sucedida 40 años antes en la querida Copa Libertadores de América.
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 Autor Miguel Sarfson

domingo, 3 de enero de 2010

Brindisi a San Lorenzo en 1981 y a Platense en 1982




No descubrimos nada al decir que Miguel Ángel Brindisi fue un jugadorazo clave en su paso por Boca. Dueño de una pegada como pocas, Miguelito se cargó el equipo al hombro ante las ausencias por lesión de Maradona. Y en el 82, directamente tomó las riendas tras la ida de Diego al Barça.
Como si eso fuera poco, fue autor de varios goles, muchos de ellos recordados aun hoy, más de veinticinco años después.Y en tren (?) de seguir buscando parecidos, rápidamente saltan a la vista dos de sus tantos. El que le metió al Flaco Cousillas en el 4-0 a San Lorenzo por la segunda rueda del Metro 81 y el que le metió a Biasutto en el 4-1 a Platense por la fecha dos del Metro 82.
Más allá de la similitud en la cantidad de goles hechos por Boca en ambos partidos jugados en la Bombonera, los goles tuvieron varias coincidencias y un sello inconfundible. La pegada precisa nacida en el botín derecho de Brindisi. Miguel eligió definir de emboquillada en ambas oportunidades para dejar sin ningún tipo de chance los intentos desesperados de los arqueros por atorarlo.
El que le hizo al Ciclón fue el tercero y el que sufrió el Calamar fue el cuarto. Los dos fueron en segundos tiempos y en furiosos contrataques sobre el arco de Casa Amarilla ante rivales jugadísimos en ataque.

sábado, 2 de enero de 2010

Festejos Imborrables (XXII)


Betito Carranza sobre la hora pone el 1-0 frente a Argentinos Juniors en Caballito. Apertura 1992.