viernes, 30 de abril de 2010

El "Topa" Forestieri y su fuga al Genoa FC


No pasó nada grave ni que no se haya visto antes, pero no por eso vamos a dejar de dedicarle un homenaje (?) y conocer un poco qué cosas llevaron a Fernando Martín Forestieri a hacer lo que hizo. O sea rajarse.
Media punta o segundo delantero de mucha técnica que nació en Rosario el 15 de enero de 1990 y recaló en Boca a los 13 años, tras un inicio en la cantera leprosa de Ñuls y previo pago de 50.000 dólares. Una ganga y un excelente negocio, se comentaba off the record. Pero ya veremos que no fue tan así.
Tras encandilar a todos en Casa Amarilla, su carrera clavó los frenos en 2004 cuando sufrió graves problemas en una de sus rodillas y de golpe y porrazo el negocio se les caía a todos. Se averiguó por un tratamiento serio de recuperación pero las cifras asustaron a muchos y Boca tomó una decisión polémica: se negó a pagar el tratamiento, obligando a Forestieri a recuperarse por su cuenta. Aquí parece estar la clave de todo.
Un año después, la noticia golpeó duro: el Genoa FC se lo llevó a Italia, la tierra de sus ancestros y los Forestieri, ni lerdos ni perezosos, armaron los bolsos a los piques, hicieron uso de la patria potestad y se fueron a hacer la Europa. En el momento de su llegada, la temporada 2006/2007, el Genoa estaba en la Serie B y la verdad es que no tuvo muchas oportunidades con el primer equipo. Pese a eso, y gracias a su doble nacionalidad por tener abuelos nacidos en Italia, tuvo el honor (?) de jugar con la selección de fútbol de Italia. Tras rechazar una llamada de la selección argentina sub-17, se desquitó siendo un azurro en las selecciones italianas sub-17 (8 partidos, 5 goles), sub-19 (14 partidos, 4 goles) y sub-20 (1 partido).
En la siguiente temporada el AC Siena, ya de la Serie A del Calcio, se interesó por el Topa, tal como lo apodaban, se la jugó y a mediados de 2007 lo fichó. Sin mucha gloria a cuestas, a mediados de 2008 volvió a cambiar de club y se lo pudo ver en el Vicenza. No debe haber convencido aquí tampoco ya que en 2008 tuvo que armar nuevamente las valijas para mudarse no sólo de club sino de país, para terminar aterrizando en el Málaga FC de España. Tardó 14 fechas en hacer su primer gol y todavía se le tiene algo de esperanza a que termine de explotar de una buena vez por todas. Esperanza que irradia él mismo al declarar en un medio partidario de su nuevo club y muy sueltito de cuerpo que “...todos me comparan con Leo Messi. El Leo es distinto, es otro ritmo... Cuando me ven jugar la gente dice "ah, pero este no es Leo". Las comparaciones no sirven....”.
Ya aclarado (?) el tema sobre si es una especie de Messi y antes de bajar el martillo y decidir si es héroe o villano, veamos que dijo Forestieri ante una pregunta que caía de maduro ni bien pisó la Madre Patria: “...¿Qué pasó en tu partida de Boca a Genoa... hubo algo de lío, no? Sí, hubo lío. Yo me quería quedar en Boca, pero pasaron algunos quilombos en mi barrio con mi hermano. Le habían disparado unos tiros y estaba ingresado en el hospital. Así que me salió lo del Génova y me pareció una buena opción para salir de allí. Ellos no lo entendían, pero tenía que hacerlo....”.

miércoles, 28 de abril de 2010

El partido despedida a Gatti, diez años después de su retiro


Con la panza de la hinchada bien llena por haber ganado el Apertura 98 de punta a punta y en forma invicta, la dirigencia encabezada por su presidente Macri organizó para el 3 de diciembre de 1998 una noche de festejos en la que valió todo. Y cuando decimos todo, nos referimos por ejemplo a la convocatoria de Hugo Orlando Gatti para que ataje y tenga su partido despedida nada menos que diez años después del gol de la Fiera Maciel, su pelea con el Pato Pastoriza y su casi obligado retiro del fútbol.
Así las cosas, la Bombonera fue el escenario para que una multitud la llene, festeje el título local tras seis años de sequía, aplauda a los campeones y admire el show de fuegos artificiales programado para después del amistoso. Ah, el partenaire fue la Universidad Católica de Chile y la excusa se llamó Copa Direct TV.
Boca salió al campo de juego vestido premediatamente por Nike con una camiseta igual a la que se usaba en ese momento pero con el 98 en la espalda. Mercadotecnia a full para encarar el esperado ritual de la vuelta olímpica. El último de la fila en salir al campo de juego fue Hugo Gatti, quien habrá respirado tranquilo cuando vio que la cancha entera le rendìa una merecida ovación. Por suerte ya no quedaban rastros del històrico enfrentamiento entre el arquero y la barra, así que fue un placer volver a escuchar hits que salían de memoria como el ochentoso “echupe, chupe, chupe, no deje de chupar, el Loco es lo más grande del fútbol nacional..”. Bien.

El árbitro Ángel Sánchez dio la orden y vio como Gatti, Traverso, Bermúdez, Samuel, Matellán, Gustavo Barros Schelotto, Chino Pereda, Turbina Navas, Cagna, Guillermo y Palermo toqueteaban a mansalva. Los chilenos aceptaron rápidamente su papel y empezaron a sacar del medio seguido. Bianchi puso toda la onda pero como no morfa vidrio (?) sacó a Gatti a los 29 del primer tiempo. ¿A qué nos referimos con no comer vidrio? A que todo bien con el Loco, pero ya con 54 años se lo notó más fuera de ritmo que nunca y regaló algunos bloopers importantes durante su ratito en cancha. Primero y de arranque nomás, un revolcón medio desarmado en un centro. A los cinco minutos, tomó la bocha en su área, quiso salir rápido con un toque, pero la pelota dio en un rival y casi se le mete en el arco. Enseguida, hizo el saque de arco, le dio un pase a Samuel, recibió la devolución y no tuvo mejor idea que agarrar la pelota con la mano, jugada absolutamente legal en su época, pero que en este fútbol moderno es clara infracción. Pero los tropezones seguirían. Volvió a sacar del arco, pero el pase cayó en un rival que se animó y pateó saliendo apenas desviado. Por todo esto, ingresó Oscar Córdoba y ovación absoluta para un Hugo Orlando que se mostró feliz y bastante agitado: “...esto es una alegría difícil de explicar, lo lindo es que me sentí como si no hubiese dejado nunca de jugar. ¿Si tomé la pelota con la mano después de recibirla de un compañero?. No...bah, no creo, pero puede ser. Igual, lo que quiero es agradecerle al plantel de Boca que me dio la oportunidad de volver. El triunfo es de ellos...".
En el entretiempo Bianchi hizo muchos más cambios metiendo a gente de la talla de Valdez y el Pollo Herrera, Hasta un mirado de reojo como Abbondanzieri tuvo su rato en cancha. El 5-0 ya estaba cerradísimo con dos goles de Guillermo más los convertidos por su hermano Gustavo, el Chipi Barijho y Traverso.
Cerca de las 21.30 Sánchez marcó el final, la gente se unió como corresponde en el “...dale campeón...” y la fiesta se hizo completa con toda la pirotecnica preparada para la ocasión.
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Gracias a Guille y a Javier Romero por la colaboración

Julio “Ñato” Arata


Calculamos que el 99% de los hinchas de Boca se acordaron y se acuerdan merecidamente de la mamá de Habegger. Y ni hace falta aclarar los motivos. Pero hay una minoría, muy chiquita, que tal vez piense distinto. Y nos referimos en particular a Julio César Arata, más algunos amigos y familiares seguramente. ¿Por qué decimos esto?
Porque el Ñato, delantero de punta de 179 centímetros de buena velocidad, vio cumplido su sueño el 1 de agosto de 1993 y gracias al ojo clínico del Profesor. Boca empataba 0-0 con Argentinos en cancha de Vélez por la Copa Centenario y a los quince del segundo tiempo, el técnico pateó el tablero sacando a la Rata Rodríguez y poniendo a nuestro homenajeado. La idea habrá sido ganar algo de peso ofensivo. Pero ni bien el Ñato entró y se acomodó en el campo de juego, el Bicho metió una contra, Lauría Calvo marcó el único gol del partido y Arata tuvo que mover del medio para tocar su primera pelota. La derrota 0-1, en un partido único de Ronda de Perdedores, signifcó desde ya la eliminación de Boca y el final de un ciclo. Ah, y dicho sea de paso, el final de Arata con la azul y oro.
Tras esa única media hora en cancha, lejísimos habían quedado sus sueños blanqueados a principios del 93: “...espero poder mostrarme en Reserva y andar bien, que pueda seguir metiendo goles. Y si algún día se da la oportunidad de jugar en Primera, rendir al máximo para el bien de Boca...”. A años luz había dejado atrás su llegada a la novena división procedente desde Belgrano de Gral. Arenales. Y con 21 pirulos sabía que la escoba que pedirían Alegre y Heller, más la lista de refuerzos que acercarían los empresarios de moda, lo dejaban parado en la cornisa. Aguantó un año más en el club, desde ya sin rodaje de ningún tipo, y para la temporada 1994/95 se marchó a Douglas Haig, el Milan de Pergamino.

lunes, 26 de abril de 2010

Ojos bien cerrados (III)


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17 de junio de 2004. Semifinal de Copa Libertadores. Carlitos Tévez a River por Rodolfo De Paoli.

sábado, 24 de abril de 2010

La mitad más dos (XXV)


García Moreno Lange, Carlos Alberto. Más conocido como Charly García. Intérprete, compositor y productor argentino de rock.
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Gracias a Mero

viernes, 23 de abril de 2010

Droopy (XIV)


Niña nicaragüense en su país natal.
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Gracias a Pancu

Nelson Vivas


La historia de Boca está abarrotada de tipos que defendieron dando ventajas a los rivales y maltratando la bocha pero que metiendo un par de piernas fuertes y algo de velocidad equilibraban la balanza. ¿Por qué entonces Nelson David Vivas dejó la imagen que dejó? Por un motivo simple: arribó al club presentado casi como una especie de Maldini. Y a la hora de los bifes, dentro del pasto, el contraste fue bestial.
De no haber llegado con tanto bombo y platillo hubiera sido uno más y merecería algo de consideración por haber sobrevivido tres años y medio en Boca, ponerse la camiseta en 98 partidos oficiales y ser titular de fierro para Menotti, Marzolini, Bilardo y Veira. Recién con la llegada de Solano, comió un poco de banco. Pero cuando el Bambino vio que el peruano era más útil de volante, le abrió la tranquera nuevamente y hubo un poco más de nuestro homenajeado. Lo que sería, por fin, su despedida de Boca allá por diciembre de 1997.
Para empezar, es imposible olvidarse de algo: su arribo fue por expreso pedido de César Luis Menotti, cosa que quedó recontra confirmada al ganarse la titularidad sólo por portación de apellido y postergar así a pibes que la venían remando de abajo como por ejemplo Aldo Paredes.
Para seguirla, hay que decir que debutó la noche del 10 de septiembre de 1994 por la segunda fecha del Apertura, en lo que sería uno de los tantos papelones de ese equipo: 0-0 en Rosario contra un Ñuls que jugó casi todo el segundo tiempo con nueve jugadores. Semejante arribo a una defensa que salía toda en línea a tirar el offside mientras los volantes rivales se metían como querían no fue un escenario ideal, es verdad. Pero el tiempo y otros sistemas tácticos le dieron la oportunidad de redimirse. Cosa que, obviamente, no pudo hacer.
Con Marzolini en 1995 tuvo mucha presencia, su acostumbrada velocidad y hasta un gol medio de emboquillada contra Ferro en la Bombonera por el Apertura. Muchos quisimos empezar a ver con buenos ojos a Vivas pero jamás hubo despegue sino todo lo contrario. Zona liberada y pérdida de confianza ya que domingo tras domingo, dejó de subir todos los tiros para tratar de abocarse a la suyo, cubrir el costado derecho de la defensa. Cosa que le costaba un Perú (?).
Llegó Bilardo en 1996 y claro está, se convirtió en un soldado táctico del doctor. Ya a esta altura nadie esperaba mucho, sólo que marque. Pero los problemas no sólo seguían sino que se agravaban en el bolonqui que fue ese equipo del Apertura. Formó líneas de tres, líneas de cuatro, pasó a mediacancha y si no terminó de arquero fue porque Bilardo encontró a otro reemplazante luego de su enfrentamiento con Navarro Montoya.
Cuando todos lo dábamos por muerto, no sin antes ganarse un par de rojas y meter un gol desde mitad de cancha frente a Huracán de Corrientes, se salvó raspando de la guillotina y formó parte del equipo de Veira. Recién a mediados de 1997, como ya dijimos, perdió terreno a manos del Ñol y tras la enorme frustración del subcampeonato a un punto de River en el Apertura, armó los bolsos y marchó a Europa.
Viendo su desfile en clubes de la talla del Lugano de Suiza, Arsenal de Inglaterra, Celta de España, e Inter de Italia, evidentemente los equivocados debemos ser nosotros. Su carrera se inició en Somisa de San Nicolás y Quilmes e incluyó un cierre en donde quemó sus últimos cartuchos dando lástima con River y nuevamente en el Cervecero.

jueves, 22 de abril de 2010

Los goles del Chino Tapia a Central y a Ñuls en 1987





Bombonera, mismo autor, mismo arco y con bombazos al ángulo superior izquierdo de los arqueros, los goles del Chino Tapia a Central y a Ñuls en 1987 tiene hasta contextos muy similares: rivales rosarinos en ambos casos y partidos que arrancaron con Boca 0-1 abajo en el marcador. ¿Más coincidencias? Sí, como no. Los dos goles fueron entrando por la derecha del área, al comienzo del segundo tiempo y permitieron una levantada de Boca para terminar finalmente ganando por goleada las dos veces.
El que le hizo a Lanari de Central fue el 22 de febrero de 1987 por la segunda rueda del campeonato 1988/87. Fue a los 10 del segundo tiempo tras un muy buen desborde del Bolita Melgar por la derecha. Significó el 1-1 parcial y a partir de ese momento, Boca borraría de la cancha al futuro campeón dándole una linda paliza futbolística que terminó en triunfo 4-1.
El que le hizo a Ñuls fue casi tres meses después. Más precisamente el 31 de mayo de 1987 por la semifinal revancha de la Liguilla. A los 2 minutos del segundo tiempo y con el partido 1-1, el Chino tiró una pared entrando al área grande y esta vez le dio con la de palo para clavarla arriba y hacerla inalcanzable para el Gringo Scoponi. Con ese gol, Boca se puso 2-1 arriba para terminar ganando al trote por 5-2.

martes, 20 de abril de 2010

Leonardo "Mudo" Itabel


Es normal que haya chivos expiatorios en donde los hinchas puedan depositar tranquilos (?) todas las culpas de una derrota. Y está bien (?). Generalmente hasta hay cierto merecimiento en el jugador caído en desgracia, ya sea por bajos rendimientos repetidos o hasta por falta de actitud. Lo que llama poderosamente la atención en el caso que nos ocupa, es que Leonardo Fabián Itabel, logró ser el culpable de todos los males en apenas cuatro meses. Sus únicos cuatro meses con la azul y oro.
Llegó al club a comienzos de 1990, con 27 años y con cierta chapa de ser un volante ofensivo, de gran técnica y buen promedio de gol. Nada mal para alguien que venía a sumarse nada más y nada menos que al Boca campeón de la Supercopa 89. Por eso, enseguida hubo gran ilusión ante la llegada del refuerzo estrella (?) y mucho optimismo con todo lo que podía crecer el equipo de Aimar.
Debutó oficialmente la calurosa noche del 26 de enero de 1990 cuando entró faltando tres minutos por Diego Latorre. Boca ya le ganaba cómodamente a Central 2-0 en la Bombonera y la segunda rueda empezaba a toda orquesta para darle caza a River e Independiente en lo más alto de la tabla. En los 3-5-2 de Aimar, estaba clarito que Marangoni y Giunta iban a la trinchera, y nuestro homenajeado junto a Gambetita y el Bocha Ponce estaban para abastecer a Graciani y por ejemplo un Rata Rodríguez. Pero Itabel contaba con un plus (?). El Cai ya lo conocía de la época de Ferro, así que no tardó de llenarlo de indicaciones y obligaciones a la hora de marcar. Y como suele pasar en estos casos, ni chicha ni limonada.
Al barullo fogoneado por el DT se le sumó el barullo del prooio Itabel para definir situaciones tan claritas como por ejemplo asistir a un compañero que esperaba solo en la boca del arco. Entonces empezó a enterrarse lentamente y de la mano de un equipo que perdía funcionamiento partido a partido. Llegaron un par de resultados impensados (el 3-3 ante Velez en Liniers y derrotas 0-1 con Union y Ferro en la Bombonera) y el castillo de naipes de derrumbó llevándose puesto en primer lugar a Itabel. Claro, Aimar tenía un lindo sommier con la Supercopa ganada en cancha de Independiente, así que a diferencia de lo que pasa casi siempre, el DT estaba a resguardo.
Itabel estuvo presente y todo en el Orange Bowl de Miami para ganarle la Recopa al Nacional de Medellín, pero ya había olor a caso juzgado. Faltaba algo que llegó al toque. El murmullo cada vez que paraba la pelota, arrancaba por una de las bandas e indefectiblemente chocaba contra un rival. Pasó a tener tolerancia cero con los hinchas pese a meter un impresionante gol de palomita en el Parque Independencia en la victoria 2-1 frente a Ñuls. Partido que quedó como 2-0 tras la suspensión por incidentes y el fallo del tribunal.
A fines de mayo terminó el campeonato y se fue tras 18 partidos oficiales, 1 gol y muchas jormadas para el olvido. Su carrera, iniciada en Chacarita, también incluyó las camisetas de Rosario Central, Ferro, Central Sudamérica y Huracán Buceo en Uruguay y Defensores Unidos de Zárate y Villa Dálmine en el ascenso local.

lunes, 19 de abril de 2010

Boca 1 - Resto de América 1: el partido despedida de Rattín


Como el prócer de la historia de Boca que fue, Antonio Ubaldo Rattín, tuvo su merecido homenaje dentro de un campo de juego para poder despedirse del fútbol como Dios manda. O sea, disfrutando de su idolatría con la hinchada. Cosa que en el mundo Boca, lamentablemente, no sucede muy seguido.
Y así entonces, casi cinco meses después de tener un enorme gesto de grandeza y dejar el fútbol en el entretiempo de un partido oficial, el Rata se puso por última vez la 5 de Boca. Fue el 10 de diciembre de 1970 y en un amistoso armado contra Resto de América, un combinado que juntó a jugadores grosos del momento como Mazurkiewicz, Perfumo, Matosas, Bernao, Pinino Más y Luis Artime entre otros.
La multitud que colmó la Bombonera despidió al ídolo a lo grande y de paso vio el 1-1 final con goles de Artime a los dos minutos del segundo tiempo y Larrosa de penal para Boca faltando diez. Todo comandado por el arbitraje de Pestarino.
El técnico de Boca, José María Silvero, puso en cancha a Tarzán Roma, Suñé, Meléndez, Rogel, Silvio Marzolini, Orlando Medina, Rattín, Mané Ponce, Larrosa, el Tano Novello y Villagra. En el segundo tiempo, a los desapercibidos ingresos de Armando Ovide, Abel Pérez y Savoy hay que sumar el de Palacios, cambio que marcó un momento de tremenda emoción. Con su ingreso, Rattín abandonó el campo de juego y luego de 13 años de transpiración asegurada en camisetas azules y oro, se llevaba como último recuerdo el reconocimiento y una ovación impresionante de toda la Bombonera.
Aquí en la foto puede verse a Resto de América posando en los vestuarios junto a Rattín. En la primera fila empezando desde arriba están Mifflin, Daniel Onega, Rocha y Anchetta. Segunda fila: Matosas, Manga, Forlán, Buttice, Yazalde y Mazurkiewicz. Tercera fila: Bernao, Rattín, Pedernera y Perfumo. Y los tres de abajo, Pinino Más, Prieto y Artime.

domingo, 18 de abril de 2010

Boca 2009/10


Una de las muchísimas formaciones usadas durante la temporada. Arriba: Negro Ibarra, Abbondanzieri, Morel Rodríguez, Paletta, Pocho Insúa, Cáceres y Mouche. Abajo: Battaglia, Palermo, Gary Medel y Marino.

sábado, 17 de abril de 2010

Heber Bueno (1981)


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Gracias a Guille

Vélez vende a Callá pero solo si Boca se llevaba también a Simeone


Al finalizar el campeonato 1961 y ante los magros resultados obtenidos en ese torneo, Boca decide reforzar convenientemente su equipo. Uno de los jugadores a los cuales apunta es Pedro Eugenio Callá, delantero proveniente de Argentinos Juniors y que en esos momentos jugaba en Vélez. Al negociar con los dirigentes del club de Liniers éstos exigen, para concretar la transferencia, que Boca agregue a la misma el pase de Carmelo Simeone, marcador de punta, con problemas, en esos momentos, con el club velezano. Boca accede y adquiere el pase de los dos.
Callá, delantero zurdo, goleador, rápido y de potente remate, con una breve actuación en el seleccionado argentino, tuvo un paso bastante intrascendente por Boca. Jugó solo 24 partidos, entre oficiales y amistosos y convirtió 5 goles. Lo mas destacable fue el año 1964. Allí convirtió 4 goles, pero sirvieron para cuatro triunfos por 1 a 0 (Huracán, Rosario, Argentinos e Independiente). El conseguido contra los rojos fue fundamental ya que le permitió a Boca casi asegurarse el campeonato.
En cambio Carmelo “Cholo” Simeone se puso la camiseta de Boca y fue como si hubiera sido nacido en la ribera. Se adueñó del puesto de marcador y fue titular indiscutible durante varios años. Un pilar de la inexpugnable defensa de los años 60 completada con el correntino José María Silvero (campeón con Boca como jugador y técnico), el brasileño Orlando (recientemente fallecido. En mi opinión y la de muchos de mi edad, el mejor “seis” de la historia de Boca, por encima incluso del inolvidable Roberto Mouzo y de Walter Samuel) y el gran Silvio Marzolini (ídem Silvero). Esa defensa terminó el campeonato 62 con 18 goles en contra en 28 partidos y en el año 64 la impresionante cifra de 15 goles en contra en 30 partidos (¡0,5 gol por partido! Al ver la actual… ¡dan ganas de llorar!).
Simeone jugó un total de 246 partidos (152 por torneos de AFA, 30 por Libertadores y el resto amistosos). Un marcador de punta implacable. Fuerza, garra, coraje, temperamento y un espíritu netamente boquense le permitieron ganarse el amor incondicional de la hinchada. Excepcional cabeceador defensivo (pese a su corta estatura) y con gran sentido de tiempo y distancia para ejecutar sus famosos “cierres” por detrás de los centrales.
Tenía muy claro que su misión en el equipo era defender y la cumplía a la perfección. No pasaba al ataque ni generaba fútbol desde su posición. Solo convirtió dos goles en su larga carrera, uno en 1966 frente a Colón y el otro por Copa Libertadores frente a Deportivo Quito. Los dos de larga distancia y con grandes fallas de los arqueros contrarios.
Eran célebres sus saques laterales. Los ejecutaba con muchísima fuerza y enviaba verdaderos centros al área en los cercanos al arco contrario. En una ocasión rechazó tan fuerte una pelota que la sacó de la cancha por encima de los palcos.
El auténtico y original “Cholo” Simeone está en el corazón de todos los boquenses. Un grande de verdad.
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Autor Jorge Claudio Joffrés

viernes, 16 de abril de 2010

Emiliano Romay


Emiliano Manuel Romay nació el 25 de febrero de 1977, en Mar del Plata. De familia futbolera, su tío, Juan Manuel Romay fue goleador en Lanús en la década del ’40. Con semejante influencia, Emiliano no quiso ser menos y se dedicó al fútbol.
Llegó a Boca en 1994, año en el cual el equipo dirigido por Menotti figuraba en los medios por su audaz forma de juego…el achique. Así nos fue… Ese año Romay jugó 5 partidos y convirtió 3 goles. El primero, nada menos que el día de su debut. Fue contra Ferro en Caballito el 24 de julio de 1994 por la fecha 14 del Clausura. Entró por Tejera faltando 20 minutos y con el partido 0-1 abajo y en tiempo de descuento, empujó el rebote de un penal que Burgos le atajó al Manteca Martínez. Casi como tocado por la varita, los otros dos goles fueron en su segundo partido con la camiseta de Boca, el primero que jugaba entero: fue en el recordado (?) doblete del domingo día de la madre de 1994, partido en el que tuvo como compañero de delantera a John Jairo Tréllez y pese a eso terminó en triunfo 3-2 a Talleres en la Bombonera. Está de más decir que el doblete lo catapultó a las tapas de todos (?) los diarios y revistas del momento.
Repasando un poco, llevaba dos partidos oficiales y tres goles. Así que hubo mucha expectativa y gran cantidad de fichas en su explosiva aparición. Pero como solía pasar en esa época con los juveniles, de repente desapareció y se quedó sin lugar ante la avalancha de compras pasando al año siguiente a Huracán. En el club de Parque Patricios logró mayor continuidad pero sólo convirtió 6 goles. Alguna que otra lesión interrumpió su paso por el Globo. En 1999, después de cuatro temporadas con el Globo, se sumó al Niza francés y luego de dos años, llegó al Santiago Wanderers de Valparaíso.
A pesar de que las estadísticas dicen que integró el equipo campeón del 2001, Romay no cumplió con las expectativas de los dirigentes del equipo chileno, que decidieron desafectarlo tras haberse operado de una grave lesión en su rodilla izquierda.Para el 2003, el delantero marplatense vestía la camiseta del Saprissa de Costa Rica; pero, luego de una temporada, regresó a nuestro país para jugar en equipos de ascenso como Luján de Cuyo, Ben Hur y Unión de Sunchales.
Quedará por siempre la duda de saber qué hubiera pasado si Romay no se iba del club. Tal vez lo el promedio de gol que tuvo lo hubiera llevado, por estos días, a superar al Titán ¿Quién sabe?
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Autor Claudio Aiuto

miércoles, 14 de abril de 2010

Sergio Apolo Robles


Pérdida de poder y desgaste en la cúpula dirigencial. Más experimento total tirando como DT a un ex jugador. A eso le sumamos un equipo que se arrastraba en la cancha, perdía por goleada y le escapaba al último puesto de la tabla. Mezclamos un poco y le agregamos un toque de jugadores ídolos sinónimos de gloria pero que estaban en el ocaso de su carrera, más algunos pibes de las inferiores que prometían y un par de compras hechas al voleo. Batimos, revolvemos y no hablamos del primer semestre de 2010 sino que retrocedemos 30 años para caer de dorapa en los primeros meses de 1980. En este contexto y ya con un año en el lomo poniéndose la de Boca, era teóricamente el momento de Sergio Apolo Robles.
Puntero izquierdo prometedor llegado desde Ñuls a comienzos de 1979 y con el objetivo de desbancar nada más y nada menos que al Heber Mastrángelo. Debutó no casualmente en un amistoso 0-0 contra la Lepra en cancha de Vélez que sirvió como parte de pago de su pase y el de Berta. Seguramente por ese motivo fue que el Toto Lorenzo lo puso de entrada.
La realidad es que ese año era el inexorable final de un ciclo dorado y Robles fue utilizado bastante. Pero sin darle mucha vuelta, no rindió. Hizo un par de goles como un doblete que pintaba para hazaña y sin embargo terminó en derrota 4-6 contra Estudiantes, pero su nivel estaba a años de luz de lo que se esperaba. Se lo veía lento, tosco, errático con la pelota y con la pólvora mojada. Un combo letal.
Y si 1979 fue flojito, 1980 fue el certificado de defunción. Obviamente de la mano de un equipo que no ayudaba, pero con producciones personales que lo hicieron comer banco y entrar de a ratos cada vez más aislados. Y fuera de ritmo la cosa se hizo más cuesta arriba que nunca.
Jugó en total 31 partidos oficiales, hizo apenas 5 goles (todos en 1979) y reapareció mágicamente a principios de 1981. Fue utilizado por Silvio Marzolini en algunos amistosos de verano días antes que llegaran Maradona, Brindisi, Escudero y toda la troupe de estrellas que ya se venían. Obviamente en este contexto no había ninguna chance de que tuviera rodaje.
Por eso seguramente agarró lo que le pasó cerca y se fue a Sarmiento de Junín. Su carrera, iniciada en Juventud Antoniana de Salta, siguió después en Rosario Central, otro paso por Ñuls y Gimnasia de Mendoza.

lunes, 12 de abril de 2010

Gatti con publicidad Banco Federal Argentino (1984)


Tal vez impulsado por una necesidad básica como la que es cobrar el sueldo, Hugo Orlando Gatti se cortó solo en varios pasajes de 1984 y se armó un kiosquito (?) con el cual compensar la falta de guita con la que tuvo que lidiar ese plantel. Y ojo (?) que no era la primera vez que lo hacía.
Estamos hablando de un tipo que se animaba a ponerse buzos de color rosa en la década del 80, así que no había chances de que se apichonara ante un detalle de este tipo. De esta manera fue como durante varios partidos oficiales de esa temporada esquiva, el Loco llevó en su buzo de arquero la publicidad del Banco Federal Argentino. Mientras tanto el resto del equipo (?), ya vencido el contrato con Vinos Maravilla, ni siquiera llevaba sponsor.

domingo, 11 de abril de 2010

Festejos Imborrables (XXVIII)


El Mono Perotti de cara a Socios, frente a Ferro y luego de una avalancha pocas veces vista detrás del arco de Casa Amarilla. Metropolitano 1981.

sábado, 10 de abril de 2010

La mitad más dos (XXIV)


Arjona, Ricardo. Cantautor guatemalteco de pop y balada.
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Gracias a Juan Martín Muñoz

Boca Juniors de Nueva York


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Nota rescata de El Gráfico del 5 de febrero de 1964, página 50:
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Nueva York también sabe gritar ¡Boca!
Dos visitantes: Roberto A. Sily, presidente del club Boca Juniors de Nueva York, argentino, con 9 años de radicación en el país del Norte, ex campeón nacional de tenis, y “Pacha” Iácono, director técnico del equipo, un hombre que volvió a Nueva York tras un pasaje fugaz por nuestro fútbol (Deportivo Italiano) luego de comprobar “que abundan los magos en el fútbol argentino” (sic). Ambos nos hablaron del “inmenso futuro” que tiene el Boca Juniors neoyorquino y la actividad futbolística en Estados Unidos. De acuerdo con las palabras de Sily, el presidente de Boca (el local) ha prometido apoyo a la nueva filial y posiblemente el primer conjunto de la rivera se presente en Nueva York en la época de receso. Varios argentinos integran el equipo: Nacer, Sehini, Gómez, Retamoso, Edreira, Giacone, y el uruguayo Ponce, entre otros. Afiliados a la Liga Americana de Fútbol, el Boca Juniors de habla inglesa cuenta con el estímulo de un núcleo grande de compatriotas, entre los que figuran Gregorio Peralta, Bonavena, Rivero, Miteff y Salazar, púgiles que han recordado a la patria poniendo el grito de ¿Boca! en los tablones de un estadio lejano. Con sede provisional en 8 E. 52nd. ST., Nueva York, el Boca Juniors nacido en septiembre pasado piensa seguir creciendo y estar a tono “con la grandeza de la entidad madre”. Hay 25.000 argentinos radicados en Nueva York –acotó Sily- y trataremos de cobijarlos a todos bajo el pabellón boquense.

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El intento no fue en vano, pues Boca siempre está presente, por lo que ahora mismo, esta semilla sigue germinando como se puede apreciar en esta otra nota:
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Equipo local es filial del reconocido club multicampeón argentino Boca Juniors.
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El boquense Julián Escobar representó a NY en el programa “El Sueño de tu Vida”.
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Boca Juniors de NY en lo alto
Reportero: Walter Garcés
12-21-2009
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Los colores azul y oro del multicampeón club argentino Boca Juniors flamean más fuerte en la Gran Manzana. Desde hace un año un equipo local formado por jugadores talentosos y dirigentes emprendedores le rinde tributo abriéndose paso con un fútbol alegre y contundente. El Boca Juniors de Nueva York, una filial del reconocido club profesional sudamericano, conquistó en el verano su primer título y actualmente apunta a seguir escalando niveles no sólo en lo deportivo sino también como organización. Presidido por Gustavo Villalba, este conjunto salió campeón en la New York Sports League del Parque Flushing donde participaron 40 equipos. En la gran final golearon 4-1 a El Salvador y lo destronaron para llevarse la copa de manera invicta. La plantilla ganadora dirigida por el técnico Sergio Becerra (ex profesional que jugó en el Quilmes de Argentina) y sus asistentes Rafael Gonzalez (ex Colo Colo, Concepción, La Serena) y Sergio Díaz (ex Banfield, San Lorenzo, Colo Colo, Necaxa, Emelec), contó con elementos de experiencia internacional y figuras locales que demostraron su valía en cada jornada. Boca Juniors de Nueva York lo forman el capitán Augusto Vargas (mediocampista ex Quindío, Nacional, Cúcuta y selección Colombia en la Copa América 1991), Máximo Tenorio (defensa ex Emelec, Vasco da Gama, Barcelona y selección de Ecuador), Diego Martínez, Diego Velásquez, Julián Escobar, Diego Gorosito, Marcos Fernández, Mike Zelaya, Diego Issio, Allan Marchio, Diego Rojas, Manuel Tabusda, Vander Inacio, Claudio Villarruel, Gustavo Villalba Jr., Cristian Galleguillo y Alex Escobar. De este grupo el defensor Diego Martínez y el volante de contención Diego Gorosito, ambos de 21 años, son tentados por el nuevo FC New York que próximamente debutará en la USL. Además Martínez y el portero Steven Díaz tienen posibilidades de probarse en clubes de Argentina. Por su parte, los defensas Diego Velásquez y Julián Escobar ... impresionaron en las pruebas del programa de visorías “El Sueño de tu Vida” difundido por Fox Sports en Español. Incluso Escobar, un carrilero de mucho despliegue, representó a nuestra ciudad en la final nacional jugada en Los Angeles ante las reservas del América de México. No cabe duda que la incursión del Boca Juniors de Nueva York ha sido uno de los hechos resaltantes de este año en el que también representaron a Argentina llegando a las semifinales de la Copa NYC patrocinada por la alcaldía neoyorquina. Actualmente participan en el torneo indoor que se desarrolla en el complejo “KK Athletics Elite Soccer” de Brentwood.
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Acerca de Boca Juniors y Estados Unidos, como pequeños detalles, diremos que desde el International Soccer of New York de ese país llegaron en el 63 Peter Lees Millar y Robert Lister Waugh.
Algunas vez se coqueteó con que Alex Lalas y Marcelo Balboa jugaran en Boca al punto de haber sido inscriptos pero sin éxito, se trajeron algunos juveniles como Fernando Vacas y Michael Varelas que llegaron al principar los 90 prueba.
El único norteamericano que se puso la azul y oro en un “amistoso” (no cuenta para la estadística) de un torneo a beneficio fue nada mas y nada menos que el actor Adrián Suar (Adrian Kirzner Schwartz), nacido en Nueva York y reconocido fana del Xeneize.
También se jugo en varias ciudades, e incluso se definieron copas, como 2 Recopas, la de 1990 jugada el 17 de marzo en el Orange Bowl de Miami (Florida), en que Boca se consagra venciendo al Nacional de Medellín con gol de Latorre, y el trofeo perdido en el Lock Hart de Fort Lauderdale (Florida) el 7 de septiembre de 2004 ante Cienciano, en definición por penales tras un empate agónico 1 a 1 (gol de Tévez).
Pero el paso de Boca por Nueva York fue recién hasta el 22 de Junio de 1976, cuando Boca cayó sobre la hora con la Roma de Italia en el William A. Shea Stadium (estadio de Béisbol acondicionado). Como apunta Guillermo Schoua, la particularidad del estadio en cuestión es que fue el sitio donde la banda The Beatles hizo su primera gran actuación de forma masiva para la banda: 55.000 espectadores el 15 de agosto de 1965. (Fuente: Historia de Boca. Dicho estadio se halla en proceso de demolición.

El paso de Boca por otros estadios norteamericanos en diferentes sitios como Los Ángeles, Salt Lake City, Houston, etc es otro cantar…
Finalmente diremos que hacia 2000 ya existía en Estado Unidos, en la ciudad de Miami la peña “Cacho Córdoba” presidida por Martín Gory.
Así es Boca Juniors, en cualquier rincón del mundo, ayer, hoy y siempre.
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Autor Javier “Alois Fisher” Vaca

viernes, 9 de abril de 2010

Gimnasia vende a Pardo pero solo si Boca se llevaba también a Rogel


Después de un 1967 muy pobre futbolísticamente hablando, los dirigentes de Boca deciden reforzar el plantel y uno de los elegidos para eso es el jugador de Gimnasia y Esgrima La Plata, Mario Pardo. Sus muy buenas actuaciones durante el último torneo y sus características de delantero potente, rápido y goleador impulsaron su contratación. Sin embargo, al negociar su pase se presenta una complicación inesperada: los dirigentes del Lobo sólo acceden a su transferencia si Boca además agrega el pase de Roberto Domingo Rogel, defensor central en conflicto con el club y acusado por la hinchada platense de ir a menos en un partido (vieja historia de los triperos repetida varias veces en su historia). No muy convencidos, los dirigentes boquenses terminan accediendo y los dos jugadores desembarcan en la ribera para el Metro 68.
La actuación de Mario Pardo fue pobrísima. Solo jugó 10 partidos oficiales y convirtió 3 goles. Lo único destacable fue que uno de esos 3 goles fue contra River en el empate 1 a 1 en La Bombonera. En el 69 emigró a Banfield, volvió a Boca en el 70, prácticamente no jugó y finalizó su carera en Chile y en equipos del ascenso en la AFA.
En cambio, al valor agregado, Roberto Rogel, le bastaron pocos partidos para adueñarse de la casaca número 6 de Boca y tomar el puesto ocupado hasta esos momentos por el inolvidable brasileño Orlando y luego por el temperamental uruguayo Alcides Silveira.
Jugó durante siete años como titular, formó una inolvidable pareja central con el peruano Julio Meléndez Calderón, disputó mas de 400 partidos con la camiseta de Boca (302 oficiales), convirtió 20 goles y se ganó un lugar en el corazón de todos los boquenses.
Roberto “Conejo” Rogel, nacido futbolísticamente en Gimnasia y Esgrima de Mendoza, era un marcador central rápido, fuerte, potente, de gran cabezazo en las dos áreas, con mucha garra y temperamento y dueño de una gran personalidad. Fue convocado a la selección nacional donde jugó varios partidos y fue el autor del primer gol del seleccionado argentino en la era Menotti, en un amistoso contra España a fines del 74.
En el clásico jugado en la Bombonera por el Metro 75, en un avance de River corría apareado con Morete, cuando, de golpe, se vio caer al jugador millonario y nadie tuvo idea del porqué. Rogel le había propinado un tremendo codazo en la sien derecha que desmayó al delantero. Ni el árbitro, ni los líneas, ni los propios compañeros o rivales vieron nada. Fue quirúrgica la acción del mendocino. No recuerdo si las cámaras de TV llegaron a captar la agresión. En esas épocas no había tantas cámaras como ahora. De todas formas, por influencia del periodismo y ante las quejas de todos los gallinas (¡¡llevaban 18 años sin mojar!!) lo sancionaron de oficio con 6 fechas de suspensión.
En el mismo 75 entró en conflicto con Don Alberto J. Armando y al poco tiempo emigró a México, volvió a Central y luego de un breve paso por Colombia se retiró y fue técnico.
Fue pieza fundamental en los campeonatos del 69 y 70 y dejó un recuerdo imborrable en el universo boquense.
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Autor Jorge Claudio Joffrés

miércoles, 7 de abril de 2010

Ojito con Imborrable Boca que ahora tiene un foro eh...

Ante las numerosas quejas y palazos que recibe día a día la cajita cbox por su desorden, hubo que tomar el toro por las astas y buscar una solución. O por lo menos un intento.
Es así como después de meses (?) tratando de empaparnos un poco en la materia, abre sus puertas oficialmente una nueva sección del blog: el foro. No es que sea gran cosa ni nada del otro mundo, pero por lo menos las eternas discusiones sobre si Márcico llegó a pesar 107 kilos, si N*v*rr* M*nt*y* debe escribirse con asteriscos o calcular hasta donde debe llegar la escoba de cara al Apertura 2010, podrán tener el espacio que se merecen. Y en los temas en los que no haya mucho por discutir (I, II), hacemos catarsis y le damos para que tenga.
Solo hay que animarse a entrar, registrarse con usuario y clave y listo, adentro. ¿Por qué hay que crear un usuario? Porque esto de los foros es así (?). Pero viene bárbaro para evitar actos de vandalismo como los sucedidos en la cajita cbox con falsos Guyos, falsos kavanaghs y sujetos que haciéndose llamar como el presidente del país hermano de Bolivia, trataron de llamar un par de veces la atención.
Desde ya, una vez hecha la registración y la respectiva alta como usuario, hay vía libre para escribir sin límite de caracteres, proponer categorías o temas y responder a todo, pero siempre con un mínimo (?) de respeto. Ya existen otros motivos para que gente de Boca se sienta ofendida.

martes, 6 de abril de 2010

Jorge Quiroz


No es moco de pavo para un producto (?) de las inferiores llegar a la cifra de 25 partidos oficiales con la camiseta de Boca. Ahora, si ese número se da a lo largo de 5 temporadas estamos en presencia de una de las tantas historias que sobrevolaron al mundo Boca. Pero tampoco es cuestión de generalizar. Señoras y señores, con ustedes, Jorge Alejandro Quiroz.
Volante central luchador, con temperamento, quite y despliegue. Hasta acá todas cualidades como para tirar el ancla con la 5 de Boca. Pero no. Debutó el 15 de noviembre de 1978 con 18 años, en una derrota 0-1 contra Atlético Tucumán de visitante por el Nacional. Entró faltando cinco minutos para reemplazar a un joven flaco y alto que daba también sus primeros pasos como mediocampista: Ricardo Gareca. La verdad es que la final de Libertadores contra el Deportivo Cali que se venía a los pocos días, hizo pasar todo muy desapercibido. De hecho jugó un par de partidos más por ese campeonato pero nada que haya llamado mucho la atención. Luego vendrían dos años de oscuridad y misterio total.
Pero su reaparición fue digna de Hollywood. Integró el once titular en las tres primeras fechas del Metropolitano 81 y se le plantó a Talleres, Instituto y Huracán al lado de nenes como Maradona, Brindisi, Mouzo, Gatti y Perotti. Pero el sueño duró poco. Silvio Marzolini pidió un jugador más y la dirigencia le dio el último gusto: llegó el uruguayo Krasouski y chau al pibe Quiroz.
Correteó algunas veces más, entre ellas durante los cinco minutos finales en el choque clave contra Ferro el 2 de agosto, minutos que fueron un parto sietemesino. Entró a los 85 por Ruggeri, quien se había partido la cabeza y ayudó a levantar una verdadera trinchera de tres cuartos para atrás. El pitazo final fue festejado como un título pero al mismo tiempo significó casi el final de su rodaje importante.
A partir de ese momento completó minutos aislados como pieza de recambio durante el Nacional 1981 y toda la temporada 82. Encima siendo utilizado de cualquier cosa menos de volante central. Así fue como yiró como volante por las bandas y como marcador de punta. De ahí a rendir en bajo nivel y rodar en la consideración general hay un paso muy corto. Jamás volvería a ganarse una oportunidad y a fin de año se fue de Boca en silencio y silbando bajito.
Nunca pudo hacer un gol y siguió su derrotero en el ascenso con la camiseta de Temperley entre otras. Aunque hay cierta información dando vueltas (?) sobre un paso por el fútbol francés.

lunes, 5 de abril de 2010

La caída del alambrado de Casa Amarilla en plenos festejos del Apertura 92


Medio trillada pero en este caso una pintura al óleo de lo que pasó, la frase “una desgracia con suerte” le calza bárbaro a este incidente que quedó en anécdota pero tranquilamente pudo haber sido una tragedia.
El 20 de diciembre de 1992, Boca le rascó un empate a San Martín de Tucumán en la Bombonera y tras el pitazo final de Pancho Lamolina se desataron los festejos. Hubo de todo. Gente invadiendo el campo, pibes nadando en el foso, el tradicional barrilete tratando de levantar vuelo, corridas en plateas con hinchas cumpliendo promesas en el acto y hasta un mono tití que saltaba desaforado en el campo de juego. Realmente valía todo después de 11 años sin títulos locales y luego de 90 minutos en los que, como no podía ser de otra manera, se cortaron miles de clavos. Para qué iba a ganar Boca 3-0 si podía empatar 1-1 y llegar a la vuelta olímpica con lo justo.
Pero en ese pandemonium que se convirtió la Bombonera hubo un instante que empezó como aventura y terminó asustanco a la multitud que llenó la cancha desde cuatro o cinco horas antes del partido. Con varios hinchas ya colgados en el alambrado de Casa Amarilla tratando de saltar al campo de juego, varios jugadores llegaron para sumarse al festejo. Así fue como Márcico tomó la iniciativa y empezó a treparse. Al Beto lo siguieron otros y el alambrado se llenó de gente colgada de ambos lados. Pero al toque empezó a vencerse y en cuestión de segundos cayó para el lado del pasto. ¿Qué hubiera pasado si caía para el lado de la tribuna de socios? Mejor ni imaginarlo.
Por suerte el travesaño del arco detuvo la caida del alambrado y los que estaban colgados del lado de la cancha pudieron amortiguar su aterrizaje. Se escuchó un “uhhh...” de todo el estadio e inmediatamente un silencio que presagiaba lo peor. Tras unos instantes de corridas y primeros auxilios sobre la propia área grande, se pudo ver a Giuntini con sangre en un ojo y saliendo en camilla pero levantando su mano en señal de que estaba bien (?).
Pero como la cosa no podía terminar así nomás se sumó a continuación otro incidente, en el que ya no tuvo que ver la fatalidad sino la acción directa de la Policía Federal Argentina. Con el alambrado derribado, algunos socios vieron la oportunidad de saltar el foso y meterse en el campo de juego. Cosa que la policía reprimió a palazo limpio sobre los hinchas. Y como a manera de respuesta cayeron algunas piedras desde la popular, la fuerza pública no tuvo mejor idea que repeler la invasión tirando piedrazos hacia la gente agolpada en la tribuna.
Por suerte la locura duró poco y luego sí se dio rienda suelta a lo que todo el mundo esperaba con desesperación: la vuelta olímpica.
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Gracias a Guille por la colaboración

domingo, 4 de abril de 2010

sábado, 3 de abril de 2010

viernes, 2 de abril de 2010

Fotógrafo dentro del campo de juego en el Boca - Ferro de 1945


Una foto sencillamente increíble. En épocas sin tantos avances, los fotógrafos compensaban esas falencias con la habilidad, la astucia y el instinto.
Así lograban fotos increíbles como la de Severino Varela con su “Boina Fantasma” apareciendo de palomita contra River para ganar un partido de esos que definen campeonatos.
Pero a veces, en tal afán podían cometer excesos. Como el de cierto fotógrafo que apareció haciendo equilibrio en un travesaño para sacar una foto.
Y este es uno de esos casos. En la victoria de Boca contra Ferro por 2 a 1 en 1945, década de grandes logros para Boca con excepcionales jugadores y una popularidad cada vez mayor, es que sucedió un hecho más que curioso.
Ante un avance de Boca y con ello el inminente peligro de un gol, es que un fotógrafo quiso lograr el mejor ángulo y sorpresivamente penetró dentro del propio campo de juego con la jugada en proceso para sacar una foto ¡mientras además era fotografiado por otro colega!
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Autor Alois Fisher

Gustavo “Chavo” Pinto


Calladito la boca y en silencio, Gustavo Hernán Pinto, metió la nada despreciable cantidad de 83 partidos oficiales jugados con la camiseta de Boca. Obviamente no todos los jugó completos, pero no deja de ser un número importante que hasta podríamos decir, es difícil de alcanzar para un pibe surgido de las inferiores.
Volante central con mucha marca, recuperación y corte como características más destacadas, el Chavo tuvo su bautismo de fuego una noche de verano que es recordada por todos. Y por los otros (?) también. Fue el 9 de febrero de 2000 en La Feliz, cuando Bianchi armó un muletto lleno de juveniles para enfrentar a los titulares del River campeón de Ramón Díaz. Tras un comienzo con turbulencias, Boca logró dar vuelta el resultado, llevarse un triunfo 2-1 y dejar en la cornisa al riojano para que presente su renuncia. Lo concreto es que la carrera de Pinto tuvo un arranque con el pie derecho en esa Copa de Verano.
Meses después llegaría la hora de la verdad. Su debut por los puntos. Debut consumado el 21 de mayo de ese 2000 en un triunfo 2-0 contra Central en la Bombonera por la fecha 12 del Clausura. El Chavo formó mediocampo con otros juveniles como Hiena Arce, Seba Battaglia y Turbina Navas. Aprobar, aprobó, pero la verdad es que el foco de atención estaba puesto indudablemente en el plato fuerte que se venía entresemana. Plato que terminaría con un caño de espalda a Yepes, un gol hecho con una muleta (?) y una promesa incumplida por parte de Tolo Gallego.
Volviendo al tema, Pinto no jugó mucho más ese año. Algunos minutos de cabotaje mientras Boca se tiraba a la Libertadores y algo en la siempre ninguneada Copa Mercosur.
El 2001 fue muy distinto. Ya metido en la consideración del hincha y principalmente del Virrey, el Chavo se fue ganando su lugar a base de mucha entrega y mucho orden táctico para cumplir su función dentro del campo de juego. Cualidad recontra valorada por Bianchi. Así fue como participó tanto del Clausura como de la Libertadores a medida que se priorizaba una cosa u otra.
El 20 de marzo, noche de Copa, huelga general en la Argentina y un diluvio torrencial, el Chavo convirtió su primer gol en Boca. Fue ante Cobreloa y sirvió para ganar 1-0 y prácticamente asegurar la clasificación a octavos. Bien por Pinto.
Todo este escenario lo transformó en un soldado siempre listo para la batalla. Y nada de partiditos. De hecho llegó a entrar en las finales contra Cruz Azul en México y contra el Bayern en Japón.
La llegada del Maestro Tabárez en 2002 lo encontró en la misma tónica. Comodín en el mediocampo y 100% lucha en varios partidos. No iba a cambiar el panorama en 2003 con el regreso de Bianchi. Pero evidentemente su cuarto de hora había pasado y el rodaje fue menor. Le metió gol al Globo en Parque Patricios en la goleada 4-0 del Clausura y entró unos minutos en otro 4-0, el baile infernal al América de Cali en la semifinal de la Libertadores, jugando ahí en Colombia su último partido importante.
Al finalizar ese primer semestre de 2003, se fue del club dejando 83 partidos, 2 goles y un montón de camisetas transpiradas en la utilería. Su carrera siguió en el Torpedo Metallurg y el FK Moscú de Rusia, el Emelec de Ecuador y Olimpo de Bahía Blanca con un breve tour en Godoy Cruz de Mendoza.