lunes, 28 de febrero de 2011

La construcción y donación de veintitrés escuelas por parte de Boca Juniors


Septiembre de 1967 fue un mes especial y único dentro de la historia del club. En un acto realizado en la Ciudad Deportiva se concretó un hecho inédito en la historia del fútbol argentino: la donación, por parte del Club Atlético Boca Juniors de 23 escuelas, una por cada provincia argentina.
Nunca se había hecho algo así. Jamás el fútbol había realizado una obra semejante. Según las palabras del autor de tan loable iniciativa, Don Alberto J. Armando, “…ese dinero es dinero del pueblo, devuelto de la manera mas noble y constructiva…”.
Cada escuela costó 2.500.000 pesos de aquel entonces y el compromiso asumido inicialmente de cinco años para su construcción, se redujo a solamente dos.
En ese emotivo acto estuvieron presentes autoridades nacionales, provinciales, representantes de la Fuerzas Armadas y una nutrida delegación de alumnos acompañados con sus respectivas maestras.
El por entonces Ministro de Bienestar Social, Dr. Julio Álvarez, tuvo el honor de izar la bandera argentina. El Monseñor Ernesto Segura fue el encargado de bendecir la escuela prototipo y el Ministro de Educación Bonaerense, Alfredo Tagliabué, agradeció el gesto del club en representación de todas las provincias.
Posteriormente se recorrieron las instalaciones de la Ciudad Deportiva, “la obra mas audaz de la ingeniería civil argentina”, según las palabras del propio Armando. Más tarde se disfrutó de un almuerzo servido en la planta baja de la confitería que sería inaugurada a fines de ese año y se escucharon los discursos del presidente del club, el Subsecretario de Educación Dr. Juan Rafael Llerena Amadeo y de Don Valentín Suarez.
Como se expresó el cronista de la revista El Gráfico: “…este ejemplo carece de antecedentes y merece imitadores…”. Un día inolvidable para la historia de nuestro querido club.
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Autor Jorge Claudio Joffrés

domingo, 27 de febrero de 2011

Gatti bajoneado pide el cambio en el entretiempo

Comparado con la infinidad de tardes y noches de gloria bajo los tres palos boquenses, la jornada del domingo 25 de octubre de 1987 debe haber sido seguramente una de las más penosas para Hugo Orlando Gatti. Y no por comerse un par de goles boludos, cosa que cada tanto hacía, sino por el clima hostil de la Bombonera que lo tuvo como blanco directo al punto de llevarlo a pedir por favor no jugar el segundo tiempo.
La previa mostraba por un lado a una Bombonera llena de punta a punta para recibir al Ñuls puntero por la fecha 10 del campeonato 1987/88. Marco que contrastaba con las 6 derrotas en 9 fechas, las últimas tres consecutivas, y el último puesto de la tabla bien ganado (?). Pero por otro lado, el a esa altura interminable conflicto entre la barra y Gatti por el apoyo de Hugo a la UCR en las elecciones a gobernador bonaerense, ponía una lupa gigante sobre cada actuación de un Loco que cada vez tenía menos red para destilar magia.
Con los equipos acomodándose en el campo de juego, Gatti trotó hacia el arco de Casa Amarilla, ignoró la mítica (?) bandera blanca colgada en el alambrado de socios que pegaba con un “Gatti hincha del Austral” y habrá imaginado un arranque ganador como las tanto que tuvo. Pero no, todo lo contrario. La primer pelota que aterrizó en el área de Boca lo dejó colgado de una palmera (?).
A los 4 minutos Gatti quiso sumar un poroto haciendo una de las suyas que tantas veces le había salido bien: pasarle la pelota por arriba de la cabeza al rival. Martino metió un pelotazo cruzado para Dezzotti, el Galgo la peinó ganándole a Cucciuffo y la pelota fue mansamente hacia Hugo sin contrarios a la vista. La bocha picó una vez y Hugo se abrió un poco para pegarle el manotazo ante la entrada al trote y lejana de Almirón. Pero le erró feo en el cálculo y Almirón llegó antes. El desenlace fue dantesco (?). Gatti saltando y tirando un manotazo al aire mientras el cabezazo de Almirón iba bombeado adentro del arco de Casa Amarilla. Baldazo de agua fría y cruel pase de facturas de la barra con un escalofriante “hi-jo de pu-ta, hi-jo de pu-ta...”. Sin palabras.
Pero aunqe parezca mentira, el escenario empeoró al acoplarse parte de la tribuna de socios cuando a los 25 minutos Roque Alfaro cabeceó y le terminó doblando las manos poniendo el 0-2. De ahí en más, cada pelota tocada por el Loco Gatti fue acompañada por chiflidos e insultos generalizados. Claro que había muchos que lo bancaban pero desde un respetuoso silencio. La estocada final vino unos minutos antes que termine el primer tiempo cuando ante un zurdazo de Almirón, Gatti no alcanzó a rechazarla del todo, la pelota pegó en el travesaño y le terminó quedando servida a Alfaro para que la empuje y ponga cifras catastróficas.
Con el pitazo final de Vigliano, gran parte de la cancha estalló en un doloroso “Genaro corazónnnn, Genaro corazónnnn...”. Gatti salió corriendo y se metió rápido en el túnel mientras la Bombonera era un polvorín.
Ya en los vestuarios, el Toto Lorenzo se acercó para hablar con Gatti, pero el Loco lo primereó dejando helado a todos: “...Toto, no estoy bien, no sigo...”. Lorenzo no pareció inquietarse y reaccionó rápidamente. Se dio vuelta y mirando al Torito Genaro le levantó pulgares y le ordenó “...prepárese, entra usted...”.
Gatti se duchó y se quedó encerrado en el vestuario durante el segundo tiempo. Habrá escuchado los dos goles de Ñuls que redondearon el mazazo final de 1-5 y hasta recibió la visita relámpago del Heber Mastrángelo con el partido en juego. Encima salió sorteado para el control antidóping, lo que demoró hasta entradita la noche su salida del estadio. Camino al playón solo se detuvo para dejar una frase que era un estado de ánimo: “...salí porque estaba mal. Ese primer gol fue una fatalidad y no me pude reponer. Eso fue todo. Pero la verdad no sé si juego la semana que viene con Gimnasia...”.
Antes de subirse a su auto recibió algunas muestras tibias de afecto pero también palazos como el de una señora que lo más campante le soltó un  “...sos un hijo de puta, ¿por qué te vas con ese patrullero adelante...”.
El Toto cerró la tarde tratando de tirarle la toalla y salvarlo del nocaut: “...no hay que caerle tan duro a Gatti. Hay que respetar a los héroes. El nos dio muchas satisfacciones, una Copa Libertadores, hay que ser respetuoso con los ídolos como él...”. Bien por el Toto.

jueves, 24 de febrero de 2011

"Bombón" Rosada vs Gary Medel

Luego de los continuos zarandeos del ciclo Alves durante el Clausura 2010 y un broche acorde (?) con la fea derrota ante Colón en Santa Fe que incluyó derrota 0-3 y piñas en el vestuario, la calma pareció volver a Boca con la renuncia del Chueco y el nombramiento de Tito Pompei como técnico interino hasta la finalización de ese Clausura.
Pero evidentemente la paz habrá quedado para otro momento y no para ese. El sábado 10 de abril, en la Bombonera y a puertas cerradas, el Tito dio inicio a su segundo entrenamiento como DT interino. Pero lo que tendría que haber sido algo de fulbito para elegir a once que enfrenten a Arsenal, terminó siendo una velada digna del Luna Park. Porque cuando iban apenas dos minutos, Rosada se le acercó a Medel para pedirle que dejara de hablarle a Matías Giménez. El chileno lo tomó a mal, se le plantó cara a cara y le lanzó un manotazo. Pero el Bombón no se quedó atrás y respondió con un golpe de nocaut. Enseguida se metieron sus compañeros a separar mientras calculamos que Pompei pensaba “¿qué estoy haciendo acá un sábado a la mañana...?”.
El Tito paró la práctica inmediatamente, se llevó a los dos, les habló durante diez minutos y casualidad o no, finalmente dejó a Rosada fuera de la lista de concentrados. ¿Por qué decimos casualidad o no?
Porque el cruce tuvo un antecedente sospechoso unos veinte días antes. A horas del superclásico que iba a suspenderse por fuertes lluvias, Alves había elegido al chileno en lugar de Rosada para formar el mediocampo. Y en la última práctica antes de jugar contra River, el Bombón le entró durísimo a Medel quien debió abandonar el entrenamiento rengueando y en duda para el domingo. Era tal el bailongo en la interna del plantel por esos días, que al chileno nadie pudo sacarle de la cabeza que su compañero le había querido arrebatar la titularidad a patada limpia.

miércoles, 23 de febrero de 2011

Wilfredo “Willy” Caballero

Resignándonos a que en nuestra puta (?) vida se hace difícil que podamos ver un arquero de Boca surgido de las inferiores de Casa Amarilla, no es una locura pensar que Wilfredo Daniel Caballero fue uno de los que más se acercó a esa quimera llamada rodaje. Porque el Willy, nacido en Entre Ríos allá por 1981, entre idas y vueltas y siempre corriendo de atrás llegó a contabilizar 19 partidos oficiales en la valla boquense.
Diecinueve partidos a los que le podríamos sumar varios amistosos entre los que se destacan su debut el 7 de agosto de 2001 mientras el Chipi fracturaba peronés ante la Roma y la noche del baile descomunal a River en el verano marplatense de 2002. Noche que aparte del 4-0 con suspensión por incidentes dejó tiempo para que le ataje un penal al uruguayo Fonseca, la por entonces nueva estrella (?) millonaria.
Su estreno oficial llegaría en ese mismo verano cuando hubo que terminar el Clausura 2001 jugando la última fecha suspendida en su momento a raíz de la renuncia delaruista (?) y un quilombo padre instalado a nivel nacional. Tras sufrir goles de Fernando Crosa y la Fiera Maxi Rodríguez en el 2-2 final contra Ñuls en el Parque Independencia ese primer semestre de 2002, bajo las órdenes del Maestro Tabárez, lo encontró con muy pocos minutos en cancha. Y siempre tapando baches, como su entrada contra Banfield la mañana en que Santa Cruz le metió el dedo en el culo a Riquelme con Madorrán de testigo. Un rato antes de eso, Abbondanzieri se había ido a las duchas, cosa que obligó al Maestro a meter a Willy en reemplazo del Negro Martínez a los 24 del primer tiempo.
Recién en 2003 y ya con Bianchi tuvo una seguidilla más potable (?) en las fechas finales del Clausura. Momento que el Virrey puso el campeonato local dentro del horno para priorizar la Libertadores que se le ganaría inapelablemente al Santos. Pero ojo que esa seguidilla de Willy tuvo un domingo poco feliz en el 2-2 con Arsenal en cancha de Boca, cuando se mostró algo rebotero en el primer gol de Romero y sin reacción en el segundo, también de Romero. Tarde que terminó no tan trágica (?) cuando Bianchi mandó desde el banco la artillería pesada de Tévez y Schiavi como delanteros y sus goles terminaron remontando el 0-2 en los últimos cinco minutos.
Para desgracia de nuestro homenajeado, a partir de ahí agarró tal vez la mejor época del Pato en cuanto a actuaciones decisivas. Por lo que sus ratos bajo los tres palos fueron siempre en Sudamericanas o Clausuras ninguneados.
El 2004 también fue a cuentagotas y en el mismos contexto. Pero jugar, jugó. Tras la última fecha del Clausura con derrota 0-1 con San Lorenzo en el Nuevo Gasómetro mientras River salía campeón transaba con Rafaela, nunca más volvería a demostrar su agilidad y elasticidad en el arco de Boca. Se fue al Elche de España, volvió al país en 2006 para atajar en Arsenal de Sarandí y terminó volviendo una vez más al Elche.

martes, 22 de febrero de 2011

Navarro Montoya va a ver River-San Lorenzo una semana antes de la definición del Apertura 92

Domingo de super acción (?) el del 13 de diciembre de 1992, penúltima fecha del Apertura 92. Y eso que Boca no jugaba luego del triunfo del viernes anterior contra Platense en cancha de Independiente. La noche del golazo de Medero y una caravana multitudinaria desde el Puente Pueyrredón hasta el Obelisco.
El tema es que ese domingo 13, fue levantarse y salir corriendo (?) a ver la tabla de posiciones que mostraba a Boca puntero con 26 unidades y atrás River con 22 y San Lorenzo con 21. Como justo a la tarde se enfrentaban River-San Lorenzo en el Monumental, las chances de ver por fin a Boca campeón del fútbol argentino eran muy concretas. Solo bastaba que el Ciclón gane o empate en Núñez y se cortaban los eternos once años sin títulos locales.
Desde ya que semejante escenario provocó algunos comportamientos insólitos en el mundo Boca. Porque poner la tele o la radio para ver qué pasaba en cancha de River, vaya y pase. Ahora, la de cowboy (?) que se mandó Navarro Montoya fue demasiado. ¿Qué hizo aparte de mufarla de una manera tremenda?
A eso de los 15 del primer tiempo ingresaron a la Platea Belgrano debajo del Palco de Prensa, unos ocho o diez muchachos fornidos (?) que custodiaban a alguien. Ese alguien, portando gorrita blanca, anteojos negros y pelo largo atado con un pañuelo, se sentó tranquilo en el preciso momento que Lamolina cobraba penal para San Lorenzo. Pero lo que parecía una señal de buena suerte erminó siendo todo lo contrario. Zeoli le contuvo el disparo al Beto Acosta. Sí,,, Zeoli.
La cosa es que Navarro Montoya estaba disfrazado en la Belgrano viendo en vivo las alternativas de River-San Lorenzo. Una piedra bárbara locura. Ojo que Oste a los 32 puso el 1-0 para el Ciclón y Boca en ese momento era campeón. Pero la cosa terminó muy mal. Para Boca porque RIver se despertó enseguida y fue una aplanadora que terminó goleando 5-2 y posponiendo la definición del campeonato. Y para el Mono porque fue descubierto en el arranque del segundo tiempo y con River ya 2-1 arriba en el marcador. Resulta que un pibito le dice al padre “...¿ese no es el Mono Navarro Montoya?...”. El señor, canoso, contestó elevando el tono de voz: “...sí, es él Es ese boludo de mierda.... Andate de acá que nos ensuciás la cancha...”. A los botes.
Inmediatamente varios policías de la Federal rodearon al Mono y lo convencieron para que abandone el estadio antes de que la situación se tornara insostenible. Mientras Navarro Montoya hablaba con los efectivos llegó el 3-1 millonario y la chance de Boca campeón quedaba totalmente petrificada.
Saliendo del estadio y antes de subirse a un Renault 12, algunos periodistas lo cruzaron: “...¿no te parece un acto arriesgado venir a la cancha de River en estas circunstancias Mono?...". A lo que el uno contestó “...¿Por qué? ¿No tengo derecho a ver un partido de fútbol?...”.
Cuando la aventura tomó estado público, Ramón Díaz autor del 1-1 parcial, tomó la palabra y mostró la hilacha fiel a su estilo: “... está bien, vino a ver buen fútbol. Estos partidos él nunca los puede disfrutar...”.

domingo, 20 de febrero de 2011

Alberto J. Armando vs Miguel Zappino

En 1972 quien en esos momentos ostentaba el cargo de vicepresidente segundo de Boca, Miguel Zappino, comenzó a cuestionar seriamente las decisiones que se tomaban en el club, todas por obra y gracia del mandamás xeneize Alberto J. Armando. Se opuso totalmente a las compras de Oscar Pachamé y Miguel Malbernat, se enfrentó con el técnico de turno, el chileno Fernando Riera y cuestionó el alejamiento del club de algunos históricos como Angel Rojas, Oscar Pianetti y el peruano Julio Meléndez Calderón.
El enfrentamiento prosiguió durante todo el año y principios del siguiente y si bien fue cada vez mayor, nada hacia presagiar en lo que finalmente concluiría.
Armando, quien ostentaba el poder respaldado con la mayoría de la Comisión Directiva decidió ponerle punto final al tema y para ello convocó a una reunión a realizarse el día 24 de abril de 1973 en la sala de reuniones del club.
El ambiente en el momento de la reunión ya estaba bastante caldeado. Partidarios de uno y de otro gritaban y se insultaban mutuamente. Un grupo de hombres de gran tamaño y aspecto amenazante también dieron el presente en la sala. Era el grupo de luchadores del club (¿barras bravas de esos años?).
Rápidamente se trató y aprobó lo que Armando deseaba: Miguel Zappino fue destituido de su cargo de vicepresidente segundo y degradado (?) al cargo de vocal sexto.
En esos momentos estalló el mayor escándalo del que se tenga memoria en ese lugar del club. Alguien hizo estallar unas bombas de gas lacrimógeno, volaron sillas, patadas, trompadas y se utilizó cualquier elemento contundente que se encontró para golpear a los ocasionales adversarios. Se escucharon disparos de armas de fuego. Algunos llegaron a contar hasta veinte aunque el posterior informe policial dio cuenta de doce impactos en las paredes y el mobiliario.
La sala de reuniones del club quedó totalmente destrozada .Sillas y vidrios rotos, el cristal que cubría la mesa de reuniones totalmente destrozado y el aire cubierto de un gas irrespirable.
La llegada de la policía puso un poco de orden. Hubo heridos, lesionados, todos contra la pared y detenidos. Armando con los ojos llorosos y los cristales de sus lentes empañados acusaba a los zappinitas (?) de ser los generadores del caos, mientras que estos, obviamente, responsabilizaban por todos los desmanes al grupo oficialista.
La policía llevó a varios detenidos a la seccional más próxima y el grupo de CD que se quedó prosiguió con la reunión en otra sala mas pequeña, para tratar, según ellos mismos manifestaron posteriormente, asuntos de rutina. Una página negra negra en la historia del club.
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Autor Jorge Claudio Joffrés

sábado, 19 de febrero de 2011

Droopy (34)

Estación Clapham Junction en Londres, Inglaterra.
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Gracias a Roberto Tavoloni

jueves, 17 de febrero de 2011

No al cierre del básquet en Boca Juniors (I)

El Negro Daniels frente al Gigante González de Sport de Cañada de Gómez. Año 1989.
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Para informarte mejor sobre el básquet de Boca no dejes de visitar Basquet Azul y Oro

miércoles, 16 de febrero de 2011

Claudio “BIchi” Borghi

El primer gran problema de Claudio Borghi se presentó a horas de firmar su contrato allá por mediados de mayo de 2010. Y no estamos hablando de la línea de tres, de los carrileros o de su escaso conocimiento del mundo Boca. Ni siquiera nos referimos a contar con Jesús Méndez, Matías Giménez y Mouche en el plantel. El tema en cuestión fue el inminente viaje en avión de parte del plantel para encarar ese mamarracho conocido como el USA Tour. Su conocida fobia a los aviones encontró salvataje en la necesidad (?) de quedarse en Buenos Aires, evaluando a la plantilla entera para saber con exactitud qué refuerzos pediría. Porque un dato no menor estaba confirmado: había chequera libre para el nuevo técnico. Bien.
A Estados Unidos viajó Pompei como interino, mientras el Bichi evaluó, según sus propias palabras, a 75 jugadores, entre juveniles, profesionales y prestados con posibilidad de volver, como por ejemplo un Migliore. Por suerte (?), el mundial de Sudáfrica obligó a un largo parate oficial, cosa que le dio mucho tiempo para armar el nuevo Boca. Y lo de nuevo es porque luego de un decepcionante Clausura, enseguida empezaron a caer refuerzos de renombre en el ámbito local.
Tras dejar bien en claro que jamás se movería de su línea de tres que tanto éxito le había dado en Argentinos Juniors, tuvo que armarse de valor y cruzar el globo terráqueo en avión para la gira boquense por Oceanía. Corría el mes de julio de 2010, y sus continuas y siempre jocosas declaraciones le pusieron un inesperado palo en la rueda. Muy suelto de cuerpo, aseguró que la renovación del contrato de Riquelme estaba hecha. Cosa que Román desmintió rotundamente desde Buenos Aires. ¿Le vendieron pescado podrido desde adentro o tuvo la lengua muy larga? Ni idea. Lo que sí, todavía sin haber debutado y sin ayuda de nadie, se había abierto al pedo un par de frentes de batalla. Y eso, sumado a su continua exposición en conferencias de prensa, terminó siendo un arma de doble filo. El tercer dolor de cabeza, seguramente fue la caída del pase del chileno Fierro. Un problema ocular en las retinas tiró todo para atrás y dejó al Bichi sin su carrilero fetiche (?). Acá es donde vuelve al ruedo Matías Giménez que tenía un pie y medio en el Flamengo de Brasil. De nada garotos (?).
Llegó la hora de los bifes y el arranque fue malo. Pero el técnico se encargó de empeorar el escenario tras una bomba arrojada luego de la derrota con All Boys en cancha de Huracán: “...si pierdo con Vélez me voy...”. De golpe y porrazo, se convertía en un DT con fecha de vencimiento en la cuarte fecha. Insólito.
Lo que vino después fue un largo calvario. Bueno, no tan largo en realidad ya que su gestión duró cuatro meses. Encaprichado en jugar con carrileros cuando la realidad le mostraba que no los había en el plantel, probó con Giménez, Méndez, Clemente, Erbes, Chávez y Gaona Lugo. Este último, juvenil que ante una requisitoria sobre quién se animaba a ocupar el puesto tan temido fue el único que se animó a levantar la mano. Game over para el paraguayito quien terminó sufriendo fractura de peroné por stress deportivo.
Medio a los ponchazos llegó a la fecha nueve, donde tras un robo de Laverni a los 49 del segundo tiempo la derrota 1-2 con Lanús en la Bombonera, protagonizó una novela de enredos en el anillo inferior del club. Ante los micrófonos declaró que iba a tener que consultar con seres queridos y cuerpo técnico si seguía o no. Pero el off the record ya hablaba de renuncia presentada. Se comenta (?) que algunos referentes como Palermo y Caruzzo lo encararon trataron de convencer en pleno vestuario post Granate. Esa noche se vivieron horas de incertidumbre hasta que al día siguiente se aclaró (?) el tema: “...yo nunca renuncié. Solo puse mi renuncia a disposición y si los dirigentes querían me iba...”. Uff.
Con semejante muestra de carácter pasó lo que tenía que pasar. Se quebró su relación con varios jugadores, varios dirigentes y varios, pero varios hinchas. 
El equipo siguió alternando más malas que buenas y la campaña no terminaba de arrancar nunca. Una nueva derrota de local ante su Argentinos, pareció ponerle la soga al cuello. Más teniendo en cuenta dos cosas: una, que a la fecha siguiente se venía el superclásico en Núñez y dos, su imparable lengua capaz de seguir tirando bombas del calibre de “...no sé si voy a dirigir a Boca frente a River...”. Tras la nueva muestra de liderazgo y manejo de grupo, tuvo un duro cruce con Lucchetti quien en la cara le dijo que creía más en el periodismo que en él. El punto en cuestión no es casual, ya que días antes el mismo Borghi con un Ol* en la mano, reunió al plantel antes del entrenamiento y preguntó si era verdad algunos disconformismos que a esa altura, evidentemente sabían todos menos él.
La despedida fue paupérrima. El 16 de noviembre un Boca sin alma perdió 0-1 en Núñez mientras un Borghi impávido sólo atinaba a mirar y suspirar (?). Hasta dejó la sensación que aun ganando, abandonaba el cargo. Obviamente su retirada fue con más frases copadas (?): “...no sé si en otra ocasión se habló del entrenador tanto como de mí en Boca. No es justo. Si hablo, por qué hablo, si no hablo, por qué no lo hago. Si me río o estoy serio. Boca es como hacer el sexo con la ventana abierta...’,
Los números finales son tan dolorosos como lo fue ver a Boca deambular domingo tras domingo durante el Apertura 2010. Dirigió 14 partidos oficiales, fue expulsado dos veces, ganó 5, empató 2 y perdió 7. Su Boca metió 16 goles y le convirtieron 17.

martes, 15 de febrero de 2011

El Independiente - Boca del Nacional 1985

Penosa tarde la del 7 de abril de 1985, y no nos referimos a la derrota y eliminación de Boca del Nacional 1985 sino a los incidentes ocurridos en la tribuna visitante de la cancha de Independiente, y especialmente sus irreparables consecuencias. Hechos que derivaron en la suspensión del partido faltando cinco minutos y que dejaron como saldo trágico la muerte de Adrián Scaserra, un hincha boquense de 14 años que falleció casi en el acto producto de un disparo policial con bala de plomo a la altura del pecho. Un desastre.
La tarde arrancaba con clima de final ya que ese Independiente - Boca, partido único por la cuarta fase de la Ronda de Perdedores del Nacional, era a suerte y verdad para ver qué equipo seguía en el torneo. Como Independiente venía de ser goleado por Ferro en la Ronda de Ganadores tenía la ventaja deportiva de ser local.
El partido arrancó luchado y trabado desde el comienzo, pero con una chance muy clara desperdiciada por el Chino Tapia. Sobre la media hora, Bochini metió una de sus clásicas puñaladas, Merlini tiró un buscapié y la Porota Barberón conectó al gol. Pero Boca no sintió el impacto y fue a buscar enseguida el empate. Antes que termine el primer tiempo, el Ruso Hrabina tiró un centro, la pelota quedó bollando en el área y Stafuzza metió un terrible puntinazo con olor a gol. Pero con Goyén vencido, Trossero estiró la mano y desvió la bocha. La tribuna de Boca estalló en el grito de “...penaaaal...” pero Nitti hizo seguir el juego. Ese fue el instante exacto del comienzo de los primeros incidentes de la tarde. Empezaron a volar cascotes que le pegaron a Marangoni en el brazo y a Villaverde y que obligaron a parar el partido durante unos cuantos minutos. ¿Qué dijo Nitti después del partido cuando el aspecto deportivo ya había pasado a segundo plano?: “...yo estaba ahí. Trossero no tuvo ninguna intención de cometer falta. Sólo se cubrió. Por eso hice señas que había sido mano pero sin intención y por lo tanto sin falta. Que el tiro iba al arco y podía convertirse en gol es cosa que no tiene nada que ver con el reglamento...”. Sigamos.
Ya en el segundo tiempo Boca, medio a los ponchazos, puso al Rojo contra las cuerdas. Pegó dos tiros en el travesaño, Goyén sacó una tremenda y Villaverde salvó un gol. Todo gracias a un equipo por demás batallador gracias ael empuje de Plumero Gómez, Brown, Pasucci, Hrabina, Olaricoechea, Krasouski y Stafuzza.
Pero faltando cinco minutos y ya con la inminente eliminación revoloteando, un grupo de la barra de Boca decidió atacar a unos hinchas de Independiente que estaban en la misma popular visitante casi debajo de la Cordero. Enseguida el grupito de hinchas (?) de Boca se hizo más numeroso y se metió la bonaerense en el medio para supuestamente poner orden. Pero el caos fue imparable.
Primero volaron proyectiles hacia la Infantería. Pero ya aa los pocos minutos hubo botellazos, cinturonazos y luchas cuerpo a cuerpo entre los policías y barras de Boca. Todo mientras los hinchas comunes (?) se apiñaban y corrían para donde podían. La confusión era total. Roberto Mouzo, a esa altura jugador de Estudiantes de Río Cuarto, estaba en la platea viendo el partido en calidad de hincha. Se mandó al campo de juego, saltó el foso caminando sobre un cartel de publicidad y entró a la popular para tratar de pedir calma. Habló con hinchas y todo, pero en ese instante, la bajísima chance de restablecer la calma quedó descartada cuando un pelotón de policías formó filas sobre el área grande y empezó a disparar balazos de goma sobre la tribuna de Boca. A partir de ahí el desbande fue mayúsculo, incluso con hinchas de Boca cayendo al foso.
La gente trató de ganar la calle pero una de las salidas fue bloqueada por la Policía que, parapetada desde ese lugar, empezó a disparar hacia todo lo que se moviera cerca. Y como quedó de manifiesto con balas de plomo también. Uno de los disparos le pegó a Adrián Scaserra a la altura del pecho. Fue cargado en andas y sacado por un hincha anónimo dando lugar a una de las tapas de El Gráfico más escalofriante. Moriría minutos después llegando al Hospital Fiorito, lugar al que empezaban a llegar toda clase de heridos. Mientras tanto en la tribuna seguía cayendo gente lastimada y de muchísima gravedad, como el pibe Marcelo Artur con un vidrio que le cortó el cuello a la altura de la yugular y que casi lo hace morir desangrado en la misma tribuna.
Al tiempo que hinchas de Boca cargaban en sus brazos a otros hinchas heridos para sacarlos del estadio, en la calle hubo lugar para una feroz emboscada de las fuerzas policiales arreando a la gente a los tiros limpios hacia la Avenida Belgrano. Una estampida en la que aguardaban más efectivos para meter palos y meter gente dentro de camiones de asalto preparados para la ocasión. El número de detenidos pasó los 300 dando lugar a un operativo inédito por la noche ya que se trasladaron hinchas de Boca hacia todas las comisarías de la zona sur del Gran Buenos Aires. De más está decir, que la trágica noticia del pibe Scaserra ya a esa altura estaba instalada en todos los medios.
El Tribunal de Disciplina tuvo que expedirse muy rápidamente ya que el formato del torneo obligaba a que en pocos días debía jugarse la siguiente fase del campeonato y tenía que estar definido qué equipo avanzaba de ronda. Por supuesto el partido no se completó y el resultado quedó como como estaba: Independiente 1 - Boca 0. La verdad, lo de menos.

lunes, 14 de febrero de 2011

Sanfilippo vs Pedernera / Deambrossi

José Francisco Sanfilippo. Lo apodaban “el Nene”. Tremendo goleador. Petiso, rapidísimo, vivo, inteligente, oportunista. Le pegaba en forma excelente con su pierna derecha, pero no tenía ningún problema en definir de zurda cuando las circunstancias lo requerían. Mortal en sus enfrentamientos mano a mano con los arqueros.
Fue el sueño de Alberto J. Armando durante varios años. Finalmente el sueño se concretó después de una transferencia record para el futbol argentino: veinticinco millones de pesos moneda nacional.. En 1963 José Francisco Sanfilippo se puso, por fin, la camiseta de Boca Juniors.
Había sido goleador de los torneos de la AFA durante cuatro años consecutivos: 58, 59, 60 y 61. No tuvo oportunidad de completar el quinteto porque en 1962, por problemas de disciplina, fue sancionado por las autoridades de San Lorenzo y no pudo jugar las últimas fechas del torneo, siendo superado en la tabla de goleadores por Luis Artime. Según Sanfilippo, esa suspensión fue una maniobra urdida por los dirigentes sanlorencistas para perjudicarlo ya que, según lo que se había pactado, en caso de consagrarse nuevamente goleador del torneo, tendría un premio especial, que las autoridades del club no tenían intención de abonarle.
Llegó al Boca que acababa de consagrarse campeón y que ya tenía un goleador. Nada mas ni nada menos que el gran Paulo Valentim, ídolo de la hinchada. En seguida se adaptó al equipo y comenzó formando, junto con el brasileño, lo que en esa época se denominaba una doble punta de lanza (?). Luego, el técnico lo hizo jugar un poco mas retrasado, como una especie de armador, y también allí Sanfilippo demostró su calidad jugando muy bien, asociándose con Menéndez para abastecer a Valentim. Sin embargo, Sanfilippo siempre renegó de esa posición en la cual le pedían jugar, alegando que perdía lo que mejor sabía hacer: goles (no le faltaba razón).
En Boca jugó en total 43 partidos convirtiendo 25 goles. Tuvo una destacada actuación en la Copa Libertadores con 7 goles en 7 partidos disputados, destacándose los tres goles convertidos en las dos finales al poderosísimo Santos de Pelé, dos en el Maracaná y uno en la Bombonera.
Por el campeonato local jugó 20 partidos convirtiendo tan solo 7 goles. Tuvo una “sequía” de trece fechas y volvió con todo convirtiéndole 3 goles a Gimnasia en La Plata. Su mas recordado gol fue en la penúltima fecha del torneo, frente a River en el monumental que sirvió para ganar por 1 a 0 y dejar el campeonato servido para Independiente. Luego de ese partido Don Alberto J. Armando pronunció una frase que se haría famosa en el ambiente futbolístico de esos años: “...hoy, Boca levantó un pagaré que firmó hace 30 años...”. En ella hacía alusión al campeonato del año 33 en el cual, en la última fecha, river le ganó a Boca y le sirvió el campeonato a San Lorenzo.
La suspensión que le aplicaron los dirigentes de Boedo a fines del 62 no fue caprichosa. Sanfilippo era tan excelente goleador como personaje conflictivo en todos los lugares donde le tocó actuar. Ya había tenido problemas con sus compañeros en el Seleccionado Argentino que ganó brillantemente el Sudamericano de 1957 disputado en Lima, Perú. Problemas mayores aún fueron los que tuvo en Suecia 58. Apuntado como uno de los elementos mas indisciplinados del plantel que fracasara tan estruendosamente, agravó toda la situación con sus declaraciones al regreso donde pretendió salvarse solo y cargar toda la responsabilidad del fracaso a los demás
Se sentía superior al resto de sus compañeros y pretendía que todos sus caprichos fueran satisfechos. Su divismo, sus aires de estrella comenzaron a resquebrajar la relación con los restantes integrantes del plantel y empezó a tener choques fuertes con los dirigentes y con el cuerpo técnico  lo que le fue relegando en la consideración de todos.
El comienzo del año 1964 fue el principio del fin de la trayectoria de Sanfilippo en Boca. El cuerpo técnico era comandado por Adolfo Pedernera y quien salía a la cancha era su ayudante Aristóbulo Deambrossi. De a poco fueron relegando al gran goleador.
Todo culminó el  28 de marzo de 1964. Ese día, Boca disputaba un partido frente a San Lorenzo por la denominada Copa Jorge Newbery y el técnico, Aristóbulo Deambrosi, lo incluyó en el banco de suplentes. Según la reglamentación vigente en esos momentos, solo se podía efectuar un cambio y el mismo debía realizarse hasta el minuto 44 del primer tiempo.
Vencido ese plazo y pese a los pedidos de la hinchada no le fue dada la orden de ingresar y entonces, Sanfilippo estalló. Encaró a Deambrossi, primero lo insultó y luego le propinó una trompada en pleno rostro. Acto seguido empezó a vociferar insultos y amenazas contra el jefe máximo de ese cuerpo técnico: Adolfo Pedernera. Todo esto ante la mirada azorada de los plateístas, quienes en esos momentos apoyaron abiertamente al jugador. ¿Qué dijo Sanfilippo?: "...quiero jugar y no me dejan. No hay ningún motivo para que no me incluyan. Simplemente es un capricho de los técnicos. Especialmente del señor Pedernera. Pareciera que en Boca no admite más figuras que él. No es que me considere figura boquense. Aspiro a serlo algún día. pero comprendo que actualmente no lo soy. Pienso que los técnicos no tienen ningñun derecho a dejarme sentado en el banco de suplentes, muriéndome de ganas por entrar y haciendo el triiste papel de un payaso. Por eso cuando terminó el primer tiempo le dije a Deambrossi "lo felicito ¿está contento de no haberme puesto?" y cuando me contesto "nosotros hacemos lo que se nos da la gana" no pude contenerme y le pegué. Después me di vuelta y miré al palco desde donde Pedernera mira los partidos y le gritué que saliera a dar la cara, que no siguiera trabajando en las sombras como hace siempre...".
Don Alberto J. Armando, rápido de reflejos como siempre, salió a respaldar al técnico y sus colaboradores, convocó a toda la Comisión Directiva  y en muy breve reunión decidieron, por unanimidad separar al conflictivo jugador del plantel y rescindirle el contrato. En una rápida negociación Armando se reunió con sus pares de Nacional de Montevideo transfirió al jugador y puso fin a la trayectoria de Sanfilippo en Boca.
Ningún jugador del plantel, ni en público ni en privado salió en defensa de Sanfilippo. Mas aún, versiones que corrieron en esas épocas, indicaban que muchos de ellos respiraron aliviados ante la ida del goleador.
Si quedaban dudas al respecto  fueron totalmente disipadas en el próximo partido que jugó Boca. Fue en la Bombonera y frente a Racing. Allí mientras la hinchada hostigaba e insultaba al técnico, los jugadores después de saludar en el centro de la cancha, fueron todos, encabezados por el capitán Orlando, a saludar, reconfortar, y abrazar a Aristobulo Deambrossi. Quedó todo muy claro.
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Autor Jorge Claudio Joffrés

domingo, 13 de febrero de 2011

Pedro "Chileno" González

Fue tal el desconocimiento sobre Pedro Enrique González cuando llegó a Boca allá por comienzos de 1997, que no sólo eran un misterio sus cualidades como delantero sino que hasta se lo apodó rápidamente el Chileno González. Poco importó que haya nacido el 24 de diciembre de 1970 en la provincia de Buenos Aires. Como venía de una larga trayectoria en el Osorno trasandino, listo, un problema menos (?).
No tuvo mucho tiempo de ponerse cómodo en Casa Amarilla que partió con la delegación hacia Brasil. Allí esperaba la Copa Clubes Hermanos frente al San Pablo en el Morumbí. Amistoso disputado el 14 de enero de 1997 y que servía para que haga su estreno el Bambino Veira como director técnico. Con el partido bien picado tras un par de rojas y Boca 0-2 abajo, Veira empezó a mover el banco a ver qué pasaba. Metió a nuestro homenajeado en lugar de Tweety Carrario y creer o reventar, la cosa funcionó ya que hubo gol de González a los 42 del segundo tiempo. Igual la esperanza duró nada ya que al minuto liquidó Serginho poniendo el 3-1 final para los paulistas. Pero como carta de presentación, muy meritoria.
Sin embargo en el Clausura 97 fue uno más del pelotón de variantes que usaba Veira a ver si podía hacer arrancar la cosa. Y estar en la misma lista que Latorre, Rambert, Cedrés, Manteca Martínez, Tchami, Pablo Islas y Ruiz hizo que jugara sus únicos 12 partidos oficiales pero de a minutos salteados. O entraba en los segundos tiempos para forzar el ataque o dejaba el campo de juego envuelto en la mayor de las indiferencias. Y de castigar redes contrarias, ni hablar. Para el Apertura su escenario empeoró con el arribo de más refuerzos y algunos de cierto peso, como por ejemplo un Martín Palermo o un Mellizo Guillermo. Ah, también iba y venía (?) Maradona.
No sólo no fue de la partida en ese final de año con subcampeonato incluido sino que 1998 se presentó de la misma manera. Cero rodaje. Pero tras mirar de reojo la ida del Bambino y el interinato de García Cambón, tuvo su despedida bajo la tutela de Bianchi. Sí, Bianchi dirigió a Pedro González. La fría tarde del 9 de julio cuando el Virrey se sentaba por primera vez en el banco de Boca en el amistoso contra Central en Arroyito, hasta se dio el lujo (?) de reemplazar a Palermo en el segundo tiempo. Lo que convierte su despedida en más que digna.
Su carrera lo catapulta a la categoría trotamundos. A saber: Lérida, Morelia y Osorno previo a su paso por Boca y luego el Deportivo Español, Huachipato, Deportes Concepción, Unión Española, Badajoz de España, Nacional de Montevideo y el Penang Islanders.de Malasia.

sábado, 12 de febrero de 2011

Droopy (33)

Figureti (?) posando junto al motociclista checo David Pabiska en el Dakar 2011.
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Gracias a Tincho Fattore

viernes, 11 de febrero de 2011

Festejos Imborrables (46)

Miguelito Brindisi, Diego y la Bombonera hasta las manos la tarde del debut frente a Talleres de Córdoba. Metro 1981.

jueves, 10 de febrero de 2011

Milan 1 (3) - Boca 1 (4)

Veinticuatro horas después de la derrota 1-2 contra el Manchester United, Basile tuvo que rearmar la tropa para hacer un buen papel en la definición por el tercer y cuarto puesto de la Audi Cup. El Allianz Arena de Munich fue escenario entonces, ese 30 de julio de 2009, de un choque de planetas entre el Milan de Ronaldinho y Pirlo frente al Boca de Gunino y Paletta. Visto así, escalofriante (?).
Pasa que Alfio tuvo que mechar y bastante, no sólo por el partido contra los ingleses sino para tratar de que la pretemporada no comenzara con lesionados. Por eso, tuvo los huevos grandes como una casa y puso en cancha a Pato Abbondanzieri, Gunino, Paletta, Sauro, Krupoviesa, Pochi Chávez, Forlín, Marino, Gaitán, Mouche y Viatri. Cuando las placas de la tevé mostraron las formaciones una al lado de la otra, más de un hincha se habrá encomendado a todos los santos.
Y la cosa arrancó, obviamente, mal. Antes de la media hora Boca perdía sólo 0-1 gracias a un par de apariciones importantes de Abbondanzieri. Era evidente que la cosa así no funcaba. Para el segundo tiempo y tratando de evitar el último puesto, Basile quemó las naves y mandó todo su plan al tacho. Entraron Insúa, Battaglia, Riquelme, Palermo y Medel. Ojo que también ingresó Fabián Monzón.
Recién ahí Boca ganó posesión de pelota, levantó bastante el nivel y se adelantó varios metros en el campo de juego. Atenti, que el Milan tuvo más contras bravas bien salvadas por el Pato.El tema es que no pudo liquidar el encuentro y cuando faltaban tres minutos, Viatri conectó un centro y puso el 1-1 final que llevó la definición a los penales. Tal como habÌa pasado en Japón seis años antes.
Finalmente el tercer puesto quedó para Boca luego de que Abbondanzieri confirmara su buen partido, atajara los penales de Pirlo y Alexandre Pato y se disfrazara nuevamente de cuco de los tanos.

miércoles, 9 de febrero de 2011

Guillermo Valdez

Lo bueno de tener instalado en la primera de Boca, yendo y viniendo durante 12 años, a un monstruo como el Negro Ibarra, es que se pudo disfrutar de la presencia de un crack con todas las letras. Pero al mismo tiempo, si hay que ver el vaso medio vacío (?), pasó que varios interesantes proyectos de las inferiores quedaron totalmente tapados. Como por ejemplo, Guillermo Miguel Valdez.
Marcador de punta derecho, grandote, pero muy técnico y de buen tranco (?), nacido en la provincia de Santa Fe en febrero de 1978 y que tras desandar Casa Amarilla llegó a estar punto caramelo en el momento indicado. O sea, tras la llegada de Carlos Bianchi con la obtención del Apertura 98 bajo el brazo.
Así fue como luego de mostrarse en varios amistosos, entre los que se encuentra el partido contra la Católica de Chile para matar dos pájaros de un tiro y hacerle la despedida atrasada a Gatti mientras se festejaba ese Apertura 98, tuvo en el verano de 1999 el rodaje y los rendimientos necesarios como para encandilar a hinchas y probablemente hasta al propio Virrey. Claro que ganarle el puesto a ese Hugo Ibarra, viéndolo ahora, era algo totalmente imposible.
Pero así y todo tuvo su premio y Bianchi, excelente manejador de los momentos, supo cuando tirarlo al fútbol grande para hacerlo debutar. Fue el domingo 13 de junio de 1999 en la goleada 4-1 a Lanús por la fecha 18 del Clausura. Con vuelta olímpica antes del partido y gigantesca copa inflable en la mitad de cancha incluida, la zaga xeneize esa jornada de festejos fue con Valdez de cuatro, Bermúdez y Samuel como centrales y el Vasquito Arruabarrena por la izquierda. La verdad, un lujo para el pibe.
Evidentemente el buen rendimiento de esa fría tarde le valió la titularidad al sábado siguiente para cerrar el bicampeonato en Santa Fe. Noche que terminó 2-2 con Unión pero ya con un jeroglífico fondo algo más improvisado. Nuestro homenajeado, Coloccini, Dollberg y Matellán. Bianchi lo hizo (?).
En el segundo semestre de 1999 tuvo un par de partidos en la Copa Mercosur, siempre banco de experimentos para el DT. Así fue como miró de afuera los partidos contra San Lorenzo y el San Pablo, pero jugó los dos contra la Católica de Chile. El último, con victoria 3-1 de visitante, significó la eliminación de Boca de la competición tras un sorteo contra el Corinthians ya que no clasificaban todos los segundos de cada grupo. Putos (?).
Ese cuarto partido con la azul y oro significó al mismo tiempo su despedida del xeneize ya que las oportunidades no volverían a aparecer y, no sabemos si ansioso, mal aconsejado, o ambas cosas terminó recalando al poco tiempo en el impresentable negocio del Badajoz en España. Luego no hizo otra cosa que confirmar que una decisión inoportuna puede cambiar un rumbo drásticamente. Se puso las camisetas del Savoia de Italia, Racing de Ferrol, en la temporada 2001/02 nuevamente en el país las de Ferro e Instituto para volver a irse y aterrizar en el Ionikos de Grecia y al Materas del ascenso italiano. 

martes, 8 de febrero de 2011

La llegada de dos escoceses a Boca en 1963

El húngaro Robert Waltner en 2002, el japonés Nahoiro Takahara en 2001, el belga Mikael Yourassousky en 2004, el chino Yao Li también en 2004, el ucraniano Víctor Dvirnik en 1994 y hasta un suizo que anduvo merodeando por La Boca han sido algunas de las incorporaciones mas insólitas de la historia del club. Algunos de ellos llegaron a jugar en primera y ¡¡hasta marcar un gol!! Otros no pasaron de la reserva o simplemente de algunos entrenamientos más o menos exigentes.
Todos ellos, tienen, sin embargo dos antecesores ilustres (?): los escoceses Peter Lees Millar y Robert Lister Waugh que allá por 1963 aparecieron por el club.
Provenían del club Inter de Nueva York y sus pases habían sido adquiridos por los argentinos Roberto Sily y los hermanos Daniel y José Desimone. Estos dos últimos eran amigos de Don Alberto J. Armando y fueron quienes propiciaron la llegada al club, haciéndose cargo de los gastos de traslado y estadía y obviamente relamiéndose (?) pensando en la plata que podrían embolsar si pasaban satisfactoriamente la prueba.
Millar era puntero derecho, tenía estudios universitarios y su club de Nueva York acababa de consagrarse campeón y él goleador con 30 tantos en 20 partidos. Por su parte, Waugh, se desempeñaba como puntero izquierdo y había marcado 15 goles en la temporada anterior.
En la primer práctica realizada el 27 de febrero, Waugh incluso anotó un gol. Sin embargo el técnico en esos momentos, José D'amico, declaró que le había gustado mas el puntero izquierdo, que al derecho le faltaba algo de dominio de pelota pero que en definitiva dudaba acerca de la adaptación de ambos.
¿Cómo terminó la aventura? Antes que nada, se ve que les pusieron los puntos ya que los escoceses declararon que el técnico les ordenó no tocar la pelota más de dos veces por jugada. Millar tuvo problemas de disciplina y de un día para el otro desapareció. Luego de un tiempo llegó al club una carta firmada por él pidiendo disculpas y jurando que había sido convocado al servicio militar en Estados Unidos. Para las estadísticas dejó sólo dos partidos amistosos jugados con la camiseta de Boca. Por su parte el zurdo Waugh, electrotécnico recibido, estuvo algo más de tiempo pero no llegó a jugar nunca.
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Autor Jorge Claudio Joffrés

lunes, 7 de febrero de 2011

El gol de Ledesma a River a los 50 segundos

Tarde histórica terminó siendo la del 15 de abril de 2007 en la Bombonera tras el Boca - River de la fecha 10 del Clausura. Y no por el 1-1 final que jugadores y cuerpo técnico del Millo festejaron cantando camino a las duchas "...que los bosteros no nos ganan nunca más..."Qué caraduras. Tampoco por el simpático (?) paraguas rojiblanco que portó el técnico Passarella esa jornada. Acá el que quedó inmortalizado fue Pablo Martín Ledesma al batir a Carrizo en el arco de Casa Amarilla a los 50 segundos de partido y lograr, por lo menos hasta la fecha, el gol más rápido en la historia del superclásico.
Desde el pitazo inicial de Pezotta no hubo tiempo para casi nada. Movió Boca del medio, hubo un enganche de Riquelme frente a Marco Rubén, un foul de Tuzzio a Palermo y la combinación entre Ledesma, Martín y Riquelme que terminó en puñalada de Román para dejar a Pablito mano a mano con el arquero riverplatense. Buena definición del batallador volante que hasta ese partido contaba sólo con 2 goles en 100 encuentros oficiales.
Los once titulares elegidos por Russo que luego pasaron por encima a River pero apenas terminaron empatando fueron Caranta, Ibarra, Cata Díaz, Morel, Clemente, Ledesma, Ever Banega, Neri Cardozo, Riquelme, Palacio y Palermo. Ojo que la tarde terminó siendo histórica también por el ingreso del Mellizo Guillermo faltando cinco minutos y jugando de esa manera su último partido en Boca.

domingo, 6 de febrero de 2011

La aparición de la bandera negra

Si lo que causó tanto revuelo fue el mensaje escrito, hay que entender que se trató de una ironía que buscó hacer catarsis en la desilusión del hincha de Boca por ver escapar un campeonato que parecía abrochado. Si en cambio lo que pateó el tablero fue el color de la bandera, no hay que olvidar que se han escrito cosas peores y mucho más hirientes sobre otro color de fondo y sin embargo acá estamos (?). Comprobando cómo el color de un cacho de tela puede cambiar la percepción de la realidad. Por otro lado, es necesario confirmar que la foto en cuestión fue tomada un rato largo antes del partido. En el momento que Ángel Sánchez pitó el inicio de Boca-Español, la Bombonera estaba con una cantidad de gente mucho más importante y que dejó en boleterías $ 33.097 de recaudación. Si tenemos en cuenta que los socios no pagan, que Español llevó casi nada de gente, estamos hablando de algo bastante más meritorio que los $ 18.750 de Argentinos-River por ejemplo o los $ 14.294 de San Lorenzo-Central. Todos partidos de esa misma y calurosa decimonovena fecha. Hechas las aclaraciones, arrancamos.
Lo concreto es que esa bandera negra que estuvo colgada un ratito de la segunda bandeja de Casa Amarilla el sábado 16 de diciembre de 1995, muy casualmente (?) sirvió de puntapié inicial para el primer gran objetivo político de la nueva CD: legitimar ante la mayoría de los hinchas la depuración casi total del plantel. Pero mejor vayamos por partes.
El martes 12 de diciembre desde Chile, con Boca ya sin chances de salir campeón en el Apertura y horas antes de la derrota 2-4 en un amistoso ante la Universidad, Maradona tiró una bomba de bienvenida a Macri: "...si viene Bilardo a Boca, yo me voy...". Era sabido que Macri, claro ganador de las elecciones del 3 de diciembre, ya tenía apuntado al Narigón como el encargado de arrasar con muchas cabezas elegido para ocupar el puesto que por esas horas todavía era de Marzolini.
Un día después, el miércoles 13 de diciembre, asumió oficialmente Macri y recién ahí se terminó de blanquear que Bilardo no estaba muy convencido de agarrar a Boca. El tira y afloje, que evidentemente se terminó de pulir horas más tarde en una íntima reunión entre Macri, Bilardo y Ávila, de ninguna manera pasaba por lo económico. El tema en cuestión era lisa y llanamente lo que el técnico no dudó en catalogar como “...un plantel perdedor...”. Pero el nuevo presidente de Boca terminó de convencer a Bilardo dándole garantías de mano libre para hacer y deshacer a gusto con el plantel profesional. Eso sí, la única condición era limpiarlo de punta a punta casi en su totalidad. Las cabezas apuntadas por Macri, y que a más tardar en junio del 96 no debían formar parte de Boca, eran diez. A saber: Navarro Montoya, Soñora, Márcico, Giunta, Martínez, Medero, Cabañas, Gamboa, Fabbri y Pico. En duda estaban Caniggia y Tchami.
Como si la pérdida del campeonato y el mar de fondo que siempre acarrea un cambio de presidente no alcanzara, a horas de asumir, el propio Macri se encargó de blanquear brutalmente su postura de una forma, como mínimo, poco aconsejable: "...tengo una gran queja con todo el plantel. La semana previa a Estudiantes fui al Hindú para pedirles que dejaran de lado sus diferencias, al menos por dos partidos. Sin embargo, al otro día abrí el diario y leí que cinco jugadores criticaban al técnico. Debo haber hablado en japonés. Lo cierto es que el resultado se vio en la cancha. En Boca se acabó eso de que los jugadores hablen mal del técnico o de algún miembro de la Comisión Directiva...".  Con este último misil se refería puntualmente a la carnicería desatada tras la derrota 4-6 con Racing, en donde algunas voces del plantel como las de Pico, Manteca Martínez y Scotto carnearon a Marzolini con declaraciones en los medios.
Así llegamos al día D. El sábado 16 de diciembre, primer partido oficial como Macri presidente del club en ejercicio de sus funciones. Y mientras Mauricio saludaba tímidamente a la gente desde un palco oficial que por entonces estaba sin techito y en pleno contacto con la gente, un rato largo antes del partido y con muy pocos hinchas todavía dentro de la cancha, apareció por primera vez el misterioso trapo negro colgado y enrareciendo aun más el clima que se vivía en la Bombonera. ¿Por qué decimos misterioso? Porque es sabido que ese tipo de expresiones siempre llevan la firma del Jugador Nro. 12. Muchos dudaron de la espontaneidad de la bandera, atribuyéndola más a una maniobra política que a hinchas caraterizados (?) dolidos por los resultados deportivos. Las dudas al respecto crecieron cuando se terminó de llenar la bandeja del medio de Casa Amarilla y la bandera fue retirada. Ya con los altoparlantes dando las formaciones de los equipos, la realidad mostró a la gente dividida pero en general con un clima bastante más benévolo que lo que auguraba esa apocalíptica (?) bandera negra: hubo aplausos cerrados para Maradona, Mas Allister y algo más tenues para Yorno y Fabbri. Y estruendosa silbatina sólo para Medero y Manteca Martínez. Para el resto, indiferencia.
Ojo que sin bandera negra, igual la térmica se mantuvo alta con los hits de la noche: primero lejos, "...ohhhhh nosotro alentamo, pero ustedes nos cagaron....". Segundo el "...atención, atención, atención, atención,,, ahí están los culpables que robaron la ilusión...". Y por último el "...atención, atención, atención, atención, queremo a Maradona y también al Narigón...".
Tras un primer tiempo donde estuvo complicado darse cuenta cuándo atacaba Boca y cuándo atacaba Español, la remontada en la segunda parte de una derrota 0-2 que terminó finalmente en empate, hizo que el vaticinio de Maradona no se cumpliera: “...que me puteen, así me voy...". Nada de eso. Sólo le devolvieron la camiseta que tras el final del partido había regalado a la platea baja.

sábado, 5 de febrero de 2011

Droopy (32)

Película Los Fierecillos Indomables con Alberto Olmedo y Jorge el Gordo Porcel (1982).
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Gracias a Felipe Lorca

viernes, 4 de febrero de 2011

Paletta sos un fiambre...


Tras un largo parate nos vemos casi obligados a actualizar la sección de los exiliados gracias a la increíble perfomance de Gabriel Paletta con la camiseta del Parma el último domingo 30 de enero de 2011.
Por la fecha 22 del Calcio italiano, el equipo que se llevó terrible buzón contrató los servicios del ex marcador central de Boca, visitó al Genoa y cayó sin atenuantes 3-1. La derrota en sí no es que sea nada del otro mundo, pero lo que nos importa a nosotros es la influencia decisiva de Paletta en el marcador final. Primero, haciendo un penal totalmente innecesario. Segundo, clavando un golazo en contra a través de un cabezazo mucho más impactante que el que le hizo a Javi García en cancha de Banfield. Y tercero, pifiando un rechazo y dejando la pelota servida para que Kaladze quede mano a mano y ponga cifras definitivas. Ah (?), todo rapidito en el primer tiempo.
Desde ya que no nos pone nada contentos la tarde normal negra que tuvo Paletta. Pero lo que nos deja muy tranquilos es que aunque siga con los colores azul y amarillo, esté a miles de kilómetros de la Bombonera.

jueves, 3 de febrero de 2011

Andrés Franzoia

Es sabido que hay jugadores que son hijos del rigor, jugadores que son hijos de jugadorazos, jugadores hijos de una gran puta y hoy inauguramos un nuevo rubro: jugadores hijos de La Volpe. Así que le damos la bienvenida a Andrés Franzoia.
Un interesante proyecto de volante ofensivo surgido de las inferiores boquenses y que, como tantos otros casos, vio malograda su trayectoria al punto de tener que cazar los bártulos y llevar su vértigo a clubes como Huracán, Rosario Central y en la actualidad,Arsenal de Sarandí. Entre la larga lista de excusas que conspiraron contra nuestro homenajeado hay una que garpa mucho: para bien (?) o para mal, quedó pegado a Ricardo La Volpe, su mentor.
De ahí que su velocidad y técnica hayan sido puestas al servicio de la causa (?) y su desempeño como carrilero durara lo que duró Bigotón. Repasemos. 
Debut con Chino Benítez en la fecha 15 del Clausura 2005 al entrar faltando tres minutos por Baigorria en el 0-0 contra Estudiantes en la Plata. Llegada de Basile y freezer absoluto, dada la poca debilidad de Alfio por los juveniles. Nueve minutos consagratorios en una reaparición consagratoria a más de un año de su debut: fue el 27 de agosto de 2006 anotando el sexto gol en la histórica paliza 7-1 al Cuervo en el Nuevo Gasómetro por la cuarta fecha del Apertura.  Secuestro de Basile por parte de Don Julio y desembarcó de La Volpe. Y como Bigotón puso patas para arriba la casa (?), Franzoia de buenas a primeras pasó a los primeros planos. Ojo que jamás jugó un partido entero. Siempre minutos aislados pero con la certeza de ser el primer recambio al que recurría el técnico cuando quería castigar a Dátolo buscar variantes.
Así fue como entró en los minutos finales en las angustiosas tardes frente a Belgrano en el Chateau, Lanús en la Bombonera y Estudiantes en cancha de Vélez. De hecho en esa jornada en Liniers fue quien reemplazó a Matías Cahais tras el segundo gol Pincha. Un cambio que pareció más un castigo al defensor que una chance para Franzoia.
Pasada la debacle vinieron seis largos meses para jugar apenas unos minutos en cancha del Grana por la fecha 19 del Clausura 2007. Con el San Lorenzo de Ramón ya consagrado, Russo mandó un muletto al Sur y empató 0-0. La prioridad era, obviamente, el viaje a Porto Alegre para usar pantalones amarillos y de paso abrochar la sexta Libertadores.
Tras esa fría tarde, 16 partidos oficiales, un gol y quedar pegado a un escenario más que negativo, vio con buenos ojos seguir su carrera en otros equipos.

miércoles, 2 de febrero de 2011

River 1 - Boca 5: la mayor goleada en la historia del superclásico como visitante

De las muchísimas jornadas de fiesta que vivió Boca en el estadio Monumental hubo una que, aparte de ser presenciada por un conocido lector de este blog sentado en la soleada pero siempre fría San Martín quedó en la historia del superclásico como la mayor goleada aplicada a domicilio (?). Nos referimos concretamente a lo ocurrido el domingo 7 de marzo de 1982 por el campeonato Nacional.
Poco importa a esta altura que la formación riverplatense de esa tarde fuera Montes, Savarese, Carlos Russo, Coccimano, Jorge García, Pedro Vega, Giúdice, Messina, Jorge Alberto Tévez, Alegre y Falopa Randazzo un grupito de juveniles que tuvieron que poner el pecho a las balas por conflictos internos en el club de Núñez. Y más si tenemos en cuenta que a los 4 minutos del primer tiempo, el tal Jorge Alberto Tévez sorprendió hasta a su propia y despoblada tribuna poniendo arriba al local. El Boca del Polaco Cap que a esa altura del torneo, fecha 5 interzonal de la primera fase, aspiraba a pelear hasta los tramos finales, se enojó, pisó el acelerador y pasó por encima a la salita de 5 escuadra millonaria.
Enseguida, a los 12, empató Ruggeri con un cabezazo fulminante. Y a los 30 minutos desniveló Gareca con un zapatazo al ángulo. Y se vino el entretiempo sin que nadie sospechara todo el cachengue (?) que se vendría en la segunda parte, ya que en dos minutos se acabó el partido: a los 8 Cacho Córdoba clavó el tercero, y a los 10 el mismo Cacho Córdoba erró un penal pero metió el rebote. Faltando 15, ya con fiesta instalada en las tribunas, Gareca `pasó por encima a Coccimano y el arquero Montes para poner cifras aplastantes.
La frutilla, por si hiciera falta, fue un penal que pateó Jorge García casi sobre la hora y pegó en el palo. El mismo Jorge García que un par de meses antes y con la camiseta de Central puso en jaque la obtención del Metro 81 con un tiro libre en Arroyito. A mano (?).
Ojo que pese a lo contundente del resultado, River se perdió dos goles estando 1-0 arriba. Y con su habitual perfil bajo (?), el Loco Gatti, fue el primero en reconocerlo: "...en el gol ese pibe Tévez le pegó muy bien a la pelota, me dejó mirando al aire. Y al rato le saqué una con los pies, de esas que agarro únicamente yo adelantándome a la jugada. Si esa entraba se venía la noche para Boca...".
Los once de Boca esa tarde fueron Gatti, Lúquez, Roberto Mouzo, Ruggeri, Cacho Córdoba, el Chino Benítez, Pasucci, Marito Zanabria, Quiroz, Gareca y el Polaco Matuszyckz.
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Gracias a Boca Videos s por la colaboración

martes, 1 de febrero de 2011

La cerveza Boca Juniors

Como pasa siempre, Boca es una enorme oportunidad de hacer negocios. Pero si le sumamos varios años de sequía y altos grados de desesperación en los hinchas, la cosa se potencia a niveles incalculables. Y algo de eso habrá corrido allá por finales de 1992 a medida que avanzaba el lento calvario de ese Apertura por suerte con final feliz.
Y en el revoleo y ante la inminencia de la esperada vuelta olímpica hubo lugar para todo. Hasta para la cerveza Boca Juniors, o como se la fogoneaba (?) en su momento: la cerveza de La Número 12. 
Presentada en latas de 473 ml y 16 cm de alto, le bebida era importada en el país por La Guayra SRL (?) con oficinas en pleno centro porteño. Más precuisamente en la calle Esmeralda 740, 8vo. piso, oficina 851. Y menos mal que estaba esta gente (?), porque en la lata decía bien grande que estábamos en presencia de una cerveza importada de los Estados Unidos. La década menemista en su máximo esplendor (?).
En versiones con y sin alcohol, las latas venían con fotos de los jugadores del plantel de 1993, sus respectivos autógrafos y un mensaje por demás misterioso: "Conserve este envase y complete la formación del equipo que habrá una sorpresa". ¿A qué sorpresa se referían? Ni idea pero hubiera estado bueno una latita del Profesor Habegger para hacer blanco con un rifle tomar entre amigos.
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Gracias a Federico Depetri por la colaboración